La intermodalidad que es una quimera

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

La conexión eficaz entre las estaciones de ferrocarril y de autobús no existe en Pontevedra

17 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La tan traída intermodalidad, esa conexión eficaz entre distintos modos de transporte, pasa de largo por las estaciones de ferrocarril y de autobuses de Pontevedra. Pese a estar situadas a escasos metros de distancia, lo que haría todavía más fácil aprovechar esas sinergias, cada recinto funciona a día de hoy sin tener en cuenta al otro. Con la llegada de los meses centrales del verano se incrementa de forma notable el número de viajeros que llegan a la ciudad para pasar sus vacaciones. Andenes abarrotados con pasajeros esperando y maletas y mochilas definen el escenario habitual.

Un doble recorrido a distintas horas en jueves y viernes por ambas estaciones y un sondeo entre trabajadores y usuarios permite afirmar que la intermodalidad no existe como tal. Y si en algún caso hay viajeros afortunados que se bajan del tren y cogen, sin espera, un autobús para llegar a su destino, o viceversa, es casi noticia.

Lo primero que llama la atención es que la estación de tren no disponga de los horarios -ni en pantallas ni en papel- de la de autobús y al revés. En la estación de ferrocarril, que gestiona el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), hace tiempo que no facilitan sus horarios en papel. Sí están visibles en algún panel y en las pantallas que avisan de la llegada y salida de los convoyes.

Un empleado de la estación admite que muchos viajeros preguntan en los mostradores por las conexiones de autobús para llegar a su destino. «Se gira y señala con la mano. Les digo que pregunten ahí», comenta con amabilidad. El propio ADIF reconoce, a preguntas de este periódico, que no tiene en cartera ningún proyecto para impulsar la intermodalidad entre las dos estaciones. «Por parte de ADIF no existe proyecto, pero estamos receptivos a analizar cualquier proyecto que mejore la intermodalidad», apuntó un portavoz encargado de la zona Norte-Noroeste.

En la estación de autocares tampoco disponen de las frecuencias y destinos de la de tren. Al solicitar los horarios de los autobuses que hacen desde Pontevedra la ruta de la costa facilitan unas fotocopias. Los que tienen como destino Sanxenxo y O Grove corresponden al verano del 2016 y están en castellano y en inglés. La cosa cambia si se piden los de O Morrazo, con paradas en Marín, Bueu y Cangas. En este caso los que se dan corresponden al invierno del 2015/2016. Están en español.

Para comprobar qué opciones tiene un viajero que llegue a Pontevedra procedente de Madrid y que quiera pasar unos días de vacaciones en Sanxenxo u O Grove, por ejemplo, se recurre a un ejemplo real.

Desde Madrid llegan tres trenes al día a Pontevedra. A las 9.25, a las 13.53 y a las 22.45 horas. Los más concurridos suelen ser los dos últimos. El que elija el que para en la estación a las 22.45 horas solo tiene dos opciones para llegar a las zonas más turísticas de las Rías Baixas. O pasar la noche en la capital y viajar a primera hora de la mañana del día siguiente, o coger un taxi. Aunque quisiera ir en autocar no tiene vehículo a esa hora. El último con destino a Sanxenxo, Portonovo y O Grove, pasando por A Lanzada, tiene fijada su salida a las 22 horas.

Dos taxistas que trabajan en la estación de autobuses cuentan que hacen bastantes trayectos a esa zona de la costa pontevedresa, muchos de personas que llegan en tren. «La gente mayor coge un taxi y no espera por el bus, aunque tenga combinación», afirma el autopatrono más joven. ¿Pero dependerá de los ingresos de la persona o no? «No, lo hacen por comodidad, nosotros los dejamos con las maletas en la puerta del hotel», aclara el taxista más veterano. El precio al centro de Sanxenxo es de unos 25 euros, y de 40-42 euros a O Grove.

Testimonio

Isabel López llegó el viernes a Pontevedra en el tren procedente de Madrid-Chamartín. Viajó toda la noche y arribó a las 9.33 a Pontevedra. «Soy de aquí y vengo de vacaciones a un hotel en O Grove. Voy a estar un mes», relata. Tiene problemas de movilidad -se apoya en dos muletas- y lleva solo una mochila colgada de la espalda. «Las maletas las mandé por un sistema de envío y ya están allí», aclara. ¿Y cómo va a ir hasta O Grove? «Pues en autobús, porque está cerca, pero primero voy a visitar a una tía que vive en Pontevedra».

¿Sabe qué combinaciones tiene? «No, ya veré». En su caso no tiene problema, tiene frecuencias cada hora o incluso menos -si elige el que pasa por Vilalonga- desde las 7.45 y hasta las 22 horas. Claro que como no lo oculta la compañía Monbus, los pasos son «aproximados dependiendo del tráfico». Así que mejor hacerlo con margen suficiente.