Un «lifting» a Santa María en medio de un barrio con cicatrices

Lars Christian Casares Berg
ch. casares PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

ramón leiro

Líquenes y plantas desaparecerán de la fachada del templo, pero el entorno sigue afeado por varios edificios en ruinas

03 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La basílica de Santa María es uno de los edificios más emblemáticos de Pontevedra y un atractivo turístico, hasta el punto de que la limpieza de una de sus fachadas se hará durante este verano con personal colgado de las paredes en lugar de montar andamios. Será la segunda fase de una operación en la que se invertirán más de diecisiete mil euros para que el templo luzca en su exterior sin rastro de la vegetación que apaga ahora el edificio.

Con todo, el lifting llega en medio de un barrio con cicatrices. Aunque la reforma del Campillo, en un tiempo una de las zonas más degradadas del casco histórico, logró rehabilitar todos los espacios públicos, con la integración de elementos patrimoniales como los restos de la muralla de la ciudad tras cuatro años de obras, los edificios contiguos a la fachada de la basílica que ahora se someterá al lifting no han corrido la misma suerte.

El entorno monumental se ve afeado por construcciones en ruinas y un solar donde se acumula basura y proliferan las plantas trepadoras. Es el panorama que se encuentran los turistas al circundar el templo y lo que podrán ver los operarios que se encaramarán estos días a la pared de la basílica para retirar los líquenes de una basílica que, en palabras del historiador Xosé Fortes, «representa como ninguna otra obra la pujanza económica de la villa durante los dos primeros tercios del siglo XVI, y la riqueza y devoción mariana del Gremio de Mareantes».

Aunque la elección de una empresa que se dedica a la limpieza de fachadas sin andamios se hizo expresamente para evitar la instalación de andamios en un entorno visitado en verano por numerosos turistas, la casualidad ha hecho coincidir las obra con otras en un edificio colindante donde sí se han instalado estos elementos. Pese a que no afectan al templo, sí lo harán al entorno y deslucen un conjunto que se dotó de nueva iluminación para realzar el templo.

Lo cierto es que la conservación del templo, pese al entorno y a algún acto vandálico aislado, como pintadas, ha mejorado mucho en los últimos años. Atrás quedan malos recuerdos como el desplome de parte de los nervios de una de sus bóvedas en el año 1995, o actos vandálicos como los que acabaron con la figura de santa Catalina de su fachada completamente destrozada -una acción por la que fueron detenidos dos jóvenes en el año 2001-. Apenas cuatro meses después, una de sus vidrieras, concretamente en la zona norte de la iglesia, apareció parcialmente destrozada, y uno de los muros del templo, con pintadas.

En el 2006 se completó la restauración de su fachada principal como colofón a otra serie de mejoras, entre las que estuvieron la recuperación de los relieves de la contraportada interior de la iglesia, la instalación de una nueva iluminación artística y el arreglo de todos los retablos, incluido el mayor, así como el púlpito, el viacrucis y el tornavoz. También se limpió el enlosado y se restauraron vidrieras y puertas exteriores.