Dos meses encadenando exámenes

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA/ LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

maría hermida

El debate sobre si es mejor hacer las «recuperaciones» en junio y julio o en septiembre sigue vivo entre universitarios

24 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las aulas están ya vacías. Pero no las bibliotecas. Ni los espacios comunes de las facultades. En todos ellas se topa personal hincando los codos. Toca preparar los exámenes de finales de este mismo mes o de julio, lo que oficiosamente puede llamarse las recuperaciones, esas que antes se hacían en la convocatoria de septiembre y que ahora coinciden con el calor veraniego. Precisamente, la canícula de estos días alejaba a muchos de la biblioteca de la facultad de Ciencias Sociais por el calor sofocante que reinaba en las dependencias. ¿A dónde se fueron? A sus casas o a los pasillos. Pero a chapar, en todo caso. Todos ellos llevan, días arriba días abajo, dos meses encadenando exámenes. Dicen que el cansancio que acumulan es incluso físico, pero cuando se les pregunta si les gustaría volver al anterior modelo, tener las recuperaciones en septiembre, muchos lo tienen claro: «No, eso te hace pasar fatal todo el verano», señalan. Aunque hay opiniones para todos los gustos.

En una mesa del recibidor de Ciencias Sociais estudiaban ayer Fernando y Cristina, ambos de Pontevedra. Son alumnos de Administración y Dirección de Empresas (ADE) en Vigo. Y, sin necesidad de preguntarles mucho, confiesan: «Al principio del curso hicimos el vago, es cierto», señalan. Luego intentaron recuperar el tiempo perdido, pero se les hizo cuesta arriba. En mayo empezaron con los exámenes del segundo semestre y, sin tiempo a coger aliento, ya tienen encima las recuperaciones. «Tenemos bastantes exámenes ahora, la verdad es que sí», dicen. No acabarán hasta mediados de julio. «Estamos animados, aunque pesa el cansancio», añaden.

«Dos meses sin vida»

Precisamente, cansado es como se siente Diego. Él, de Pontevedra, estudia Administración e Xestión Pública. Y, aunque solo tiene un examen pendiente, señala: «Son dos meses sin vida. Te metes el atracón en mayo y cuando quieres darte cuenta ya tienes los siguientes. La verdad es que se hace eterno... Pero creo que peor sería tener que ir a septiembre. Pasarías un verano pendiente de las asignaturas y así sabes que cuando acabas sí tienes vacaciones».

No opinan lo mismo que él Sara y David. Son de Pontevedra y estudian ambos Teleco en Vigo. Por tener, tendrían diez exámenes cada uno entre junio y julio. Pero no les da tiempo a preparar todas las asignaturas, así que solamente irán a algunas. Dicen que están agotados. «Esto es muy difícil, yo creo que si los exámenes fuesen en septiembre aún podríamos hacer algo más pero ahora mismo es complicado... En mi caso empecé con un mes de retraso, porque hice selectividad en septiembre y, aunque fui a academia, no logré ponerme al día. Así que el primer semestre me fue mal. En el segundo ya fue la cosa mejor... Pero nada más acabar me tuve que poner con las recuperaciones, y aquí sigo», dice.

A poca distancia de ellos estudian también Amanda y Daniel. La primera pertenece a la facultad de Magisterio, en Pontevedra. El segundo cursa Filología Italiana en Santiago y también llevan a cuestas dos meses de exámenes. ¿Cómo se encuentran? «Empiezas a ver que todo el mundo descansa y se hace difícil... Pero no queda otra. Yo creo que sería peor septiembre», señala Daniel. Vamos, que el debate sobre la fecha idónea de los exámenes sigue vivo y coleando.