El pontevedrés que sí venció al Barcelona dirigiendo al Sevilla

manu otero PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Encinas Dios.
Ramón Encinas Dios. Cedida

Ramón Encinas Dios superó al Barcelona para darle al Seviilla su única liga en el 1946

24 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Recordar el nombre de Ramón Encinas Dios y el día 31 de marzo del 1946 sigue poniendo el bello de punta a todo el sevillismo. No ganó ninguna Europa League ni fue ningún descubrimiento del cazatalentos Monchi, pero elevó al Sevilla a los altares del fútbol español. Se trata de un hombre de fútbol nacido en Pontevedra a finales del siglo XIX que dio al equipo de la ciudad hispalense su único título de liga hasta el momento. Y lo hizo superando a un Barcelona que tenía en sus filas a una leyenda culé como César, máximo goleador histórico del club solo superado por Messi.

No fue capaz el pasado domingo el Sevilla de superar al gigante blaugrana. Sí lo hizo, en cambio, en los años 40 cuando los del Guadalquivir se crecieron para batir al Goliat catalán. Y el artífice de tamaña gesta no fue otro que Moncho Encinas, un pontevedrés al que el fútbol le devolvió en los banquillos toda la gloria que le negó sobre el césped.

Fue un año mágico para el conjunto de Nervión. Tras una mala campaña, el club sevillano reclamaba de nuevo los servicios del que se había convertido ya en una de las grandes figuras de los banquillos españoles. Procedente del Real Madrid, volvía Encinas al banquillo del Pizjuán para retomar los éxitos que le había dado una década antes al conseguir para los hispalenses su primera Copa del Rey -llamada en el 1935, Copa del Presidente de la República- venciendo al Sabadell en la final.

En el curso del 1945-1946, los de Encinas ocuparon los puestos altos de la tabla durante toda la temporada, manteniendo un pulso con el Athlelic Club y el Barcelona. A falta de dos jornadas, una derrota de los bilbaínos, los dejó sin opciones ante el triunfo de Sevilla y el empate del Barcelona, que llegaban al último partido separados por un solo punto.

Al contrario que el pasado domingo en el que la final copera se celebró en ter+ritorio neutral, el destino obligaba al Sevilla a jugarse la liga del 46 en el antiguo feudo culé de Les Corts. Bajo un ambiente hostil, llegaron los de Encinas al estadio barcelonés para jugarse el título en noventa minutos. El técnico pontevedrés apostó por el mismo once que había dado tan buenos resultados en los partidos anteriores. Busto en portería, flanqueado por Jiménez, Villalonga, Alconero y Eguiluz. El centro del campo era para Palacios, Félix García y Herrera, mientras que la punta de ataque, la principal fortaleza hispalense, recaía en Araújo, Arza y Campos. En nada se parecían a Messi, Suárez y Neymar; pero juntos cerraron el año con cuarenta goles. En el lado contrario, los culés entrenador por Samitier formaban con Velasco; Calo, Curta, Gonzalvo III, Virgos; Gonzalvo II, Gamonal, Escola, Colino; Bravo y César.

El partido tuvo un comienzo soñado para los visitantes que se adelantaron en el minuto 7 por mediación de Araújo. Incapaces de ampliar su ventaja, el Barça empezó a buscar con insistencia un empate que encontró en el minuto 63 por parte de Bravo. Con media hora por delante, los de Encinas consiguieron aguantar las embestidas blaugranas para amarrar un empate que hizo estallar de júbilo a los de Nervión con el pitido final que supuso la primera y única liga para un equipo que en la actualidad reina en Europa.

Por su parte, Moncho Encinas dejaría el fútbol dos años después consiguiendo una nueva Copa de España para ser secretario técnico del Sevilla, ciudad en la que es recordado como un mito.