La reválida de los nervios y del desconcierto

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

Padres y alumnos se hacen decenas de preguntas sobre un examen al que no le topan utilidad

04 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Solo hay que poner la oreja en cualquier lugar que frecuenten padres de niños de primaria para darse cuenta de qué tema manda en el debate en estos momentos: se habla de la popularmente conocida como reválida, que oficialmente son las evaluaciones individualizadas de primaria. Entre los progenitores, y también entre los alumnos, hay opiniones muy diferenciadas, desde quien está totalmente en contra y prevé boicotear el examen no enviando a su hijo a clase, hasta quien acepta que el crío haga la prueba pero tampoco le ve demasiada utilidad -consultando a más de veinte padres de colegios distintos no hay ni uno solo que comulgue al 100 % con la norma establecida-. Pero sí hay dos denominadores comunes: el desconcierto y el hastío. Aunque colegios y asociaciones de padres están convocando reuniones informativas a marchas forzadas, progenitores y críos están envueltos en un mar de dudas. Además, hay una sensación de hartazgo «por la improvisación con la que se toman las decisiones en materia de educación».

Nada mejor que acercarse a un centro, a la hora de los corrillos de madres y padres a la salida del colegio, y dejar hablar a progenitores y a alumnos de niños de tercero de primaria o de sexto, que son los que la semana que viene se enfrentarán a la reválida. La consulta se hace en el colegio de O Piñeiriño, en Vilagarcía. La madre de un crío de sexto toma la delantera: «Yo es que creo que nos estamos perdiendo algo, que hay algo que no nos cuentan porque no entendemos nada. Dicen que no cuenta para el expediente, que solo sirve para ver el nivel del colegio... Yo si eso es así estoy de acuerdo, yo quiero saber cómo está nuestro colegio. ¿Pero y si realmente al final sí que cuenta», se pregunta. A su lado, otras dos madres con hijos en el mismo curso asienten con la cabeza. Ninguna de las tres sabe qué hacer ante el examen. Preveían acudir a una reunión en el centro por la tarde para aclarar las ideas. Pero intuyen que los profesores de sus hijos no son partidarios de esta prueba. Cuando llegan los chavales, ellos lo ven mucho más claro: «Esto no valen para nada», dicen cuatro muchachos a la vez. Uno puede pensar que su no a la reválida tiene que ver con lo poco que en general le gusta a uno que lo examinen, pero ellos lo argumentan: «Nos entran cosas que no dimos y nos interrumpe nuestro trabajo habitual en un mes complicado. A esta edad no es normal eso», dicen con un llamativo desparpajo. Todos reconocen que, aunque esperan no hacer finalmente el examen, están nerviosos.

La misma consulta se hace a padres y alumnos pontevedreses. Y el resultado es prácticamente igual. Las mismas dudas, idénticos nervios y una similar sensación de hartazgo

 

Profesores externos al centro

«¿Para qué vale esto, esta prueba en la que se está invirtiendo tanto dinero?», se preguntan una madre del colegio Villaverde y otra del Praza de Barcelos. Las dos hablan a distinta hora y en diferente lugar, pero dicen prácticamente lo mismo: «No nos da miedo el examen en sí si no consta en el expediente, pero sí nos asusta que en el futuro cuente y que nuestros hijos, si se ponen nerviosos, estropeen todo lo que hicieron durante el curso». Estas madres, al igual que otras vilagarcianas, confiesan que los niños están nerviosos y que una de las cosas que más les asusta a los de sexto curso es que quienes les vigilen durante las pruebas sean docentes que no conocen -eso es lo que pone en el boletín oficial que ocurrirá, pero los colegios están informando de que no será así-.

Dependiendo del colegio, la presión sobre los niños es mayor o menor. Hay centros donde no se está dando ningún temario especial por la cercanía de la prueba. En cambio, en otros, se duplicaron los deberes y se están haciendo exámenes similares a los de la prueba, o adaptando el temario. «Nos entran cosas que no habíamos dado y la profesora quiere que lo hagamos todo perfecto», señala una alumna de un colegio concertado de Pontevedra cuya madre insiste una y otra vez que no se desvele su nombre porque «con este tema los profesores están sensibles».

Mientras el desconcierto continúa, esta tarde, a las 20.00 horas, hay concentraciones en Pontevedra y Vilagarcía contra la reválida convocadas por la Plataforma Galega en Defensa do Ensino Público. Por otra parte, la Fanpa convoca a los padres a una asamblea en Pontevedra mañana.