Las restricciones impiden mariscar en la mitad de los bancos de la ría

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El futuro del sector está en el aire por el incremento paulatino de los cierres

01 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cofradías y bateeiros temen por igual a una sola letra, la C. El tercer signo de nuestro alfabeto significa en la clasificación ambiental de un banco marisqueo una restricción que impide la comercialización en fresco de los bivalvos. Para el marisqueo implica el portazo a su actividad y, desgraciadamente para el sector, la mitad de los bancos marisqueros de la ría y un polígono mejillonero tienen esta restricción a su actividad. Es un desastre sin precedentes que no solo ha inhabilitado la mitad de los bancos de a pie y de a flote, sino que también ha provocado un esfuerzo marisquero extra sobre los entornos que siguen abiertos a la actividad habitual. Esta situación repercute también en el volumen de capturas y en los ingresos de los trabajadores del mar.

Diez años después de la primera declaración de un área con restricciones en la ría -el banco de Os Praceres-, la temida letra C no ha dejado de proyectar su sombra sobre Pontevedra y agravar la crisis económica y laboral de un sector castigado y que ha perdido la mitad de sus integrantes desde que empezó el siglo. No es de extrañar que los pósitos, cansados, hayan iniciado movilizaciones y exijan, de una vez por todas, el saneamiento integral de los concellos costeros. Las restricciones por la mala calidad de las aguas, lo que afecta a los bancos, se debe fundamentalmente a la presencia de coliformes de vertidos urbanos de la comarca.

Marín admite que vierte en muchas ocasiones al mar, dos parroquias de Poio lo hacen a caño libre todos los días del año, y el frecuente rebose de la EDAR de Os Praceres implica que los residuos de Pontevedra, del resto de Poio e incluso parte de Vilaboa acaben flotando encima de lo que en una época no muy lejana fue uno de los bancos más famosos de Galicia. Todo en una ría que hace gala de sus banderas azules y de su belleza natural.

Los patrones mayores lo dijeron en sus protestas. El agua puede parecer muy limpia a simple vista, pero la contaminación está ahí y afecta a la almeja, su medio de vida. No todo el marisco de la ría está mal, pero las áreas donde crece limpio son cada vez menos.

La zona C llegó a Os Praceres en el 2006 como una medida provisional. Se le prometió a las cofradías que a poco que se hiciese algo en el saneamiento mejoraría a B otra vez. No solo no pasó eso, sino que se ha ido a peor. Cinco años más tarde, le siguieron el banco de A Puntada, en Lourido, y el canal del río Lérez desde la altura del Peirao Besada hasta el puente de A Barca. Hace año y medio le tocó el turno al polígono mejillonero frente a Covelo y a las bateas de reparqueo de Tambo. El pasado enero se cerró todo el litoral desde Raxó a Chancelas. Es un suma y sigue que desespera a los afectados. Les va en ello el pan que llevan a sus casas.

Pontevedra es la única comarca de Galicia que se ha quedado sin bateas de reparqueo

Pontevedra es la única ría que en la actualidad carece de bateas de reparqueo y esto está perjudicando seriamente al sector. Este litoral se ha caracterizado siempre por el impacto que tienen en sus polígonos mejilloneros la marea roja. Este es un fenómeno que no tiene nada que ver con la contaminación. La marea roja se produce por el ciclo natural del fitoplancton, esos animales y plantas microscópicos de los que se alimentan los mejillones.

Cuando un área se tiene que cerrar porque sus bivalvos tienen demasiada toxina producida por el fitoplancton, siempre se intenta paliar la situación buscando un espacio en el entorno donde, por su ubicación geográfica o sus corrientes, le sea más fácil depurar al marisco afectado por marea roja. Esas son las bateas de reparqueo, que en el caso de Pontevedra se encuentran ubicadas el noreste de la isla de Tambo. Allí es a donde se trasladan los mejillones para que depuren cuando llega la zona C a algún polígono y son una válvula de respiro para el sector mientras los polígonos no regresan a la normalidad. Solo en aquellas ocasiones en que la marea roja lo ocupa todo también cierran. Pontevedra, sin embargo, se ha quedado sin reparqueo, porque la zona C también lo ha clausurado y no se permite el traslado a otras rías..