Un inmueble de uso compartido que pide a gritos un arreglo

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

La sede de los sindicatos languide por dentro en pleno corazón del centro histórico de Pontevedra

08 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El trabajador que acuda al edificio que comparten los sindicatos en Pontevedra a recibir asesoramiento o a realizar alguna consulta laboral se encontrará con un inmueble protegido, en pleno corazón del centro histórico, cuyo estado interior sorprende en pleno siglo XXI. El edificio es propiedad del Ministerio de Trabajo -en su día albergó la Delegación de Trabajo- y las centrales mayoritarias comparten desde hace décadas su uso y disfrute. UGT es el sindicato que dispone de más espacio en virtud del patrimonio sindical que fue requisado en la Guerra Civil. Tiene más del 60 % de la superficie útil, según fuentes consultadas por La Voz. Comisiones Obreras y CIG un 20 % cada uno, y el resto, otros sindicatos minoritarios.

Al inmueble de cuatro plantas ubicado en la calle Pasantería se accede por dos puertas, aunque solo una de ellas está abierta. En la planta baja recibe una corchera, varios buzones tuneados con pegatinas, una escalera central y a la derecha, el salón de actos, uno de los espacios compartidos. Enfrente de la puerta hay un palé de madera y un carrito de supermercado que lo sujeta. En el salón de actos huele a humedad y a cerrado. A pesar de que se pintó no hace mucho, ya hay desconchados en las paredes y varias butacas en mal estado. Algunas no están completas y sentarse supone acabar literalmente en el suelo.

Las oficinas de los sindicatos se reparten por las distintas plantas. La renovación de la carpintaría de las ventanas tampoco impide manchas de humedad en las paredes. En la última planta cuelga un cartel de la escuela de formación de UGT y un sillón de cuadros descatalogado. De UGT también es el patio exterior que da a la calle San Sebastián. Hace dos meses el sindicato tuvo que demoler una edificación ruinosa que estaba fuera del Peprica y que afectaba a la seguridad de la vía. Los restos de obra se acumulan a la espera de un traslado para el que se solicitó autorización.

Los tres sindicatos mayoritarios comparten los gastos de limpieza y luz de las zonas comunes. Hace unos años alguna empresa inmobiliaria contactó con ellos para ofrecerles una permuta del edificio, pero no hubo consenso. Una reparación general del edificio, que tiene como principal problema la recogida de aguas, no estaría de más. «O estado non é o mellor, pero con outra iluminación, pintura e un novo mobiliario no salón de actos chegaría», admite un sindicalista. Solo falta ponerse de acuerdo.

Protegido por el Peprica. Su contrucción data del siglo XVIII. En su época fue el parador La Estrella. Su nivel de protección, según el plan especial del Concello, es ambiental categoría A.

Uno de los espacios comunes. Los sindicatos comparten el salón de actos, uno de los espacios más utilizados y que reclama a gritos una reforma de techos, iluminación y butacas.

Humedades en paredes blancas. Las filtraciones de la cubierta y las humedades son los mayores problemas del edificio. Las paredes comparten carteles, viejos radiadores y manchas.

Demolición de la antigua casa del conserje. Se tiró hace dos meses por su estado ruinoso y los restos de obra esperan su traslado. Se obligó a conservar una palmera del patio.

Escuela de formación. Pegatinas y carteles copan paredes, buzones y hasta las bocas de incendio equipadas. En la última planta subsiste un panel de una escuela de formación de UGT.

El sillón de cuadros. Parece sacado de la serie Cuéntame y no invita a sentarse. Está en la última planta. Una parte tiene un pase y sentarse en la otra significa acabar en el suelo. fotos c. b.