Alumnos del IES Luís Seoane relatan su visita a la sede de la ONU dentro de su proyecto educativo sobre igualdad
07 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Una experiencia única. Así fue, en palabras de Alba Martínez, el viaje de una semana a Nueva York que vivieron un grupo de alumnos de primero de bachillerato del IES Luís Seoane de Pontevedra. No fue, ni mucho menos, una excursión al uso. La iniciativa tuvo un marcado carácter educativo al estar relacionada con el proyecto Obxectivo: Igualdade, que desarrollan desde el pasado curso y que todavía tiene recorrido por delante.
La mayoría de los 21 estudiantes que fueron a Nueva York relataron ayer para La Voz las sensaciones que les dejó ese viaje, que tuvo lugar del 14 al 20 de marzo. No habían volado tantas horas en avión y solo conocían el Nueva Yord «que sale en las películas», apunta Javier Noya. Los chicos, a los que acompañaban dos profesoras -Luisa Márquez y María Xosé Dourado- se alojaron en un hostel cerca de Brooklyn. «Allí había gente de otros países, era difícil dormir porque estaba el metro cerca y había un ruido infernal», comentan. Fue la fórmula más económica. Los chavales habían vendido rifas para financiar el viaje, para el que también contaron con aportaciones del instituto, la Consellería de Educación y el Concello.
Conocieron la ciudad como mejor se vive, pateando. Y desde luego que patearon mucho. Caminaron unos 117 kilómetros en siete días, «a una media de 19 kilómetros cada día», matiza Luisa Márquez. Confiesan que agujetas no sufrieron, pero si «alguna bocha» en los pies.
A la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) dedicaron un día. El IES Luís Seoane forma parte de la red de escuelas Unesco desde 1997. Los chicos explicaron que visitaron una exposición que había en el vestíbulo, realizaron una visita guiada y mantuvieron contactos con representantes de las delegaciones de varios países de la ONU Mujeres. Mientras muestran las fotos del viaje en un ordenador, citan las de Estados Unidos, Irán, Malaui, Pakistán o México. «Les contamos sobre qué trabajamos en clase y también entregamos la Caja de los sueños». Una iniciativa del Encuentro de Escuelas Asociadas a la Unesco que recoge 166 sueños de niños y profesores para un mundo más sostenible y equitativo.
Edificios y comidas
¿Y qué les pareció Nueva York? «Es una ciudad muy espectacular, lo que más sorprende son los rascacielos, la arquitectura, pero se vive muy rápido y salía humo de las alcantarillas, hasta cerca de Central Park, en el distrito de Manhattan», apuntan. El estrés y la comida fue lo que menos les gustó. Hubo a quien el edificio de la Bolsa le pareció «poca cosa». Una tarde tuvieron tiempo libre para ir de compras y se hicieron un lío con el punto de quedada, la calle 14 con la quinta, desvela Carla Martínez. «Nos perdimos, nos fuimos muy lejos y tuvimos que volver corriendo literalmente», desvela. Se hicieron amigos de un pizzero, donde comían habitualmente. Otro secreto hecho público ayer es que el viaje se inició con algo de intranquilidad cuando una de las docentes fue retenida más de treinta minutos en el aeropuerto. «Me debieron ver cara de mexicana y como tenía muchos sellos en el pasaporte... Tardaba y se pusieron algo nerviosos», cuenta Luisa Márquez.
Tras el paso por Nueva York, el proyecto Obxectivo: Igualdade, con el que consiguieron fomentar la igualdad en el aula, tiene por delante charlas en otros institutos de la ciudad, un documental y un libro, que ya está muy avanzado. Otro grupo de alumnos del centro participó en Madrid en Unesmun. En concreto, del 1 al 3 de abril en Boadilla del Monte. Allí se desarrolló el primer Modelo de Naciones Unidas para escuelas Unesco, como una ONU en pequeño con su consejo de seguridad, su ONU Mujeres y su asamblea general.