Temen que los restos humanos de Bora hayan sido arrojados desde un coche

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

La zona precintada por la policía se encuentra a escasos metros de la N-541 y del río Lérez.
La zona precintada por la policía se encuentra a escasos metros de la N-541 y del río Lérez. Capotillo< / span>

Los huesos se localizaron al final de un terraplén al borde de la carretera de Ourense

27 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El hallazgo el pasado jueves en Bora de unos huesos humanos -en principio, un cráneo y un fémur- ha propiciado todo tipo de especulaciones. Mientras la Policía Nacional, coordinada por el juzgado de instrucción de Pontevedra, continúa con las investigaciones y no cierra ninguna hipótesis, los vecinos de esta parroquia temen que, por las circunstancias en las que se encontraban los restos, hubieran podido ser arrojados por un vehículo que circulaba por la carretera de Ourense, la N-541. «Facilmente, puideron metelos nunha bolsa e tiralos dende arriba», apuntaron.

Los huesos se localizaron en la parte final de un terraplén al borde de esta carretera y a escasos metros del río Lérez. En este sentido, explicaron que los restos estuvieron ocultos por la maleza hasta que un reciente desbroce de los terrenos los sacó a la luz siendo descubiertos por un vecino de la zona. Este fue quien alertó a la Comisaría, que desplazó a la zona a los agentes de la brigada científica.

Los policías han establecido un precinto que cubre una amplia área de terreno, si bien todo parece indicar que los esfuerzos se han centrado principalmente en una parcela de unos dos metros por dos metros. En ella se han establecido una serie de cuadrantes para llevar a cabo unas pesquisas que se han venido sucediendo en los últimos días y que, previsiblemente, continuarán en las jornadas próximas.

Las primeras informaciones apuntan en la dirección de que los restos pertenecen a un varón que podría tener entre 30 y 40 años, si bien, según matizaron las fuentes consultadas, son extremos que deben confirmar los patólogos forenses. Los restos se han trasladado ya a las dependencias del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) de Pontevedra para que se lleven a cabo las pruebas pertinentes.

En este punto, las fuentes consultadas precisaron que, excepto que en el cráneo se detecte una fuerte contusión o un orificio de bala, por poner dos ejemplos, será complicado determinar cómo se produjo la muerte. De igual modo, se está trabajando en concretar la edad de los restos. A este respecto, vecinos de Bora precisaron que el anterior desbroce de los terrenos donde se hallaron los huesos se llevó a cabo hace, aproximadamente, cinco años

Cuestión distinta podría ser la de establecer la identidad de los restos. En este sentido, es habitual en estos casos el cotejo de las bases de datos de personas desaparecidas para, cruzando informaciones, tratar de sacar algo en claro. Asimismo, se intentará extraer alguna muestra de ADN para, de este modo, aislar el perfil genético del fallecido para luego compararlo con las muestras disponibles en los distintos bancos de datos.

Fuentes policiales extraoficiales remarcaron, en todo caso, que no se descarta ninguna posibilidad. Incluso, aludieron a la de que los restos humanos estuvieran depositados en otro punto de la comarca de Pontevedra y las alimañas los hubieran movido hasta Bora.