Pontevedra sigue ampliando su horizonte peatonal

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

La ciudad gana 2.000 metros cuadrados libres de tráfico, pero la limitación de aparcamiento ha generado críticas

27 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Pontevedra ha ganado en las últimas semanas más tres mil metros cuadrados de zonas peatonales en pleno centro de la ciudad. Una superficie equivalente a la planta de pabellón municipal de deportes. Dos mil de esos metros cuadrados se ganaron con la obra recién ejecutada en la plaza de Barcelos, donde la peatonalización de la «L» que forma el tramo entre Perfecto Feijoo y la Rúa do Rouco ha facilitado la incorporación de todo ese espacio a la plaza y permitirá en el futuro ampliar el parque infantil o crear alguna zona deportiva.

La otra zona incorporada al espacio libre de coches es la plaza del Hospital, ya bautizada así de manera extraoficial por el propio Concello. En este caso, el cierre al tráfico de un tramo de Loureiro Crespo permitió crear una superficie de unos 1.200 metros cuadrados de uso peatonal.

Pero mientras en la reforma frente al Hospital no generó apenas críticas, el caso de Barcelos es bien diferente. Ha habido desde recogida de firmas -más de trescientas se presentaron en el Concello acompañando de un escrito pidiendo «más diálogo» al gobierno local-, hasta la creación de grupos de Facebook contrarios a la «peatonalización de Barcelos» e incluso posicionamiento político, del PP en contra del proyecto o al menos de la celeridad con que se ejecutó.

Lo que ha generado más críticas es la reordenación del aparcamiento, ya que el gobierno local optó por extender a Barcelos y a su entorno (Perfecto Feijoo y Benito Corbal) la filosofía de la «zona de servicios», donde únicamente se puede estacionar por un máximo de quince minutos. La eliminación del centenar de plazas libres que hacían de Barcelos la gran bolsa de aparcamiento en el centro -aunque era irreal, pues en buena parte de las plazas apenas existía rotación-, ha generado el repetitivo debate que se da en Pontevedra cada vez que se ejecuta una obra similar: quién tiene más derecho, los conductores a aparcar libremente o el resto de los ciudadanos a disfrutar de espacios hasta ahora conquistados por los coches. «Para nós é moito máis importante o dereito dos nenos a xogar que o dos condutores a aparcar», señalaba gráficamente el concejal de Mobilidade, Luís Bará (BNG), esta misma semana.

Ahora también han surgido algunas voces críticas en las redes sociales con el resultado final de la obra. Para elevar la calzada al nivel de la acera en el tramo peatonalizado, se aplicó asfalto sobre el adoquín, y se procedió a su pintado en un tono castaño. Ya ha habido en algunos foros voces que cuestionan la actuación y que incluso apelan a que Patrimonio de la Xunta tendrá algo que decir al respecto. Otras voces en cambio, piden que el asfalto se aplique también al resto de la plaza, por donde todavía circulan los coches.