Lores equipara el reto del plan de residuos con la peatonalización

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Bibiana Villaverde

El alcalde asegura que impulsar un nuevo sistema de gestión de la basura era la asignatura pendiente del gobierno local

10 mar 2016 . Actualizado a las 11:46 h.

Implantar un nuevo sistema de gestión y tratamiento de la basura es un reto tan enorme y tan trascendente para el futuro de Pontevedra como lo fue en su día acometer la peatonalización del centro histórico y todo lo que vino después. Así lo considera el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores (BNG), que ve similitudes entre ambas iniciativas. La primera, la necesaria implicación social. La segunda, que, tanto en 1999 como ahora, el PP se posicionó abiertamente en contra.

«Non me entra na cabeza como alguén pode opoñerse a mellorar as cousas e, sobre todo, como poden poñer tachas sen nin sequera empezar». Lo dijo ayer el alcalde refiriéndose a las criticas de Jacobo Moreira al plan de residuos, pero subrayó que bien pudo haber dicho exactamente lo mismo hace diecisiete años, «cando o PP rexeitou a peonalización do centro histórico incluso cun recurso xudicial».

Lores no oculta que proponer un nuevo sistema de gestión de la basura era «unha asignatura pendente». Y ahí surge la tercera similitud, que es la gestación de ambas iniciativas. «Fixemos igual que co modelo urbano -insistió-: analizar o que se está facendo no mundo e ver os exemplos e as boas prácticas que están funcionando para trasladalas a Pontevedra. Se pode ser, melloradas».

La idea central vuelve a ser implicar a los ciudadanos. Si desde 1999 se logró que los pontevedreses recuperaran el orgullo por su ciudad y asumieran como propia la conquista de espacios hasta entonces reservados para los coches, ahora también se busca esa cooperación «co concepto de que o lixo é de todos, é responsabilidade de quen o produce».

Lores no alberga ninguna duda de que la respuesta social al cambio del sistema de tratamiento de la basura será muy buena. Y una vez más, traza el paralelismo con la peatonalización. «Se temos unha praza chea de actividade, con rapaces xogando, cunha terraza, con actuacións... ninguén bota en falta os coches. Pero se a praza queda baleira, se os cidadáns non a utilizan ¿por que non ían aparcar? A xente responde cando lle ve utilidade».

Por ello la estrategia está clara: «Temos que transmitir que co novo sistema estamos facendo algo positivo para o medio ambiente, que é bo para riqueza do solo, que ten rendibilidade social, medioambiental e tamén económica», concluyó, antes de invitar al resto de fuerzas políticas a sumarse a la iniciativa del gobierno local.