El colorido se impuso ayer a la sátira y a la crítica mordaz en el desfile de Carnaval de Pontevedra
21 feb 2016 . Actualizado a las 05:05 h.El colorido se impuso ayer a la sátira y a la crítica mordaz en el desfile de Carnaval de Pontevedra. Algo que, por otra parte, viene siendo habitual. Esto no es Cádiz. El recorrido, que abrió el rey Urco, empezó con un tiempo casi primaveral que obligó a sacar las gafas de sol e incluso a quitarse los abrigos. Algunos mataban la espera comprando barquillos. Al grito de «¡Vamos Pontevedra, venga!», un miembro de la comparsa Talismán, de San Estevo de Budiño (Salceda de Caselas), pedía al público más implicación. Una de las que sí optó por la crítica fue la que representaba a la banda de música de Pontevedra, con palco y todo. En lo alto del palco blanco había una foto del alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores (BNG), al que el speaker se refirió como el «maestro Lores». Dentro del escenario, a un militar entrado en años que recordaba al general Franco le movían las manos cual marioneta. Rafa Córdoba, megáfono en mano, pedía a la gente que no se apoyara en las vallas. También hubo quien se decantó por la referencia local, pero en positivo. Fue el caso de Pontevedra co deporte, de la Asociación Recriativa de Xeve. Quisieron hacer un guiño a una ciudad volcada con el deporte. Ciclismo, natación y esgrima, entre otras, eran las disciplinas que practicaban sus integrantes. Hubo hasta imposición de medallas en un podio con banderas. Frente a las mujeres de las comparsas que enseñaban pierna al ritmo de la música y soportaban trajes que casi no cabían en algunas calles, otras rescataron los atuendos de las abuelas, que completaron con movimientos de cadera. La planta de compostaje que el Concello quiere instalar en A Canicouva también tuvo su particular eco en el desfile. Los políticos entraban en la instalación con una calabaza en la cabeza y salía Peppa Pig. La situación política en España tampoco faltó. «En busca de presi, Rajoy deja sitio», fue uno de los mensajes. Hubo también quien se acordó de la valenciana Rita Barberá y sus malos momentos.