Uno de los últimos vestigios de la época dorada del modernismo en la ciudad

La Voz

PONTEVEDRA CIUDAD

07 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El edificio del Gran Garaje es, apuntan los expertos, el último vestigio en Pontevedra del modernismo que en su época fue la seña distintiva de la calle Progreso, hoy Benito Corbal. Fue construido en el año 1915, siguiendo un diseño del arquitecto Limeses Artime. Su peculiar fachada modernista se convirtió pronto, tanto por su diseño como por su color, en la seña distintiva de este edificio de planta baja de cuerpo único.

En su centenar de años de historia el inmueble siempre estuvo vinculado al transporte. Se edificó en un solar en el que había unas antiguas cocheras, y cuando se llevó a cabo la construcción del edificio actual su destino fue servir de parada de carruajes. Este uso se mantuvo hasta su cierre hace pocos años, ya que mantuvo el uso como estacionamiento privado de pago, con capacidad para 75 vehículos.

En los años 80, con el gran bum inmobiliario que vivió la ciudad, el Gran Garaje fue objeto de deseo de firmas constructoras. Sin embargo, ninguno de los intentos por edificar en el solar salió adelante, y hoy en día sigue siendo casi una anomalía la existencia de este edificio de una sola altura en pleno corazón de la ciudad, que deja a la vista las medianeras de los inmuebles que lo rodean.

Poco antes del verano del 2014 cerró definitivamente tanto el estacionamiento como las dos pequeñas tiendas que había a la entrada -de juguetes y de recuerdos de la ciudad-, e inmediatamente se hizo público en interés de la sociedad catalana Punto Fa por rehabilitar el histórico inmueble para uso exclusivamente comercial.