El Pontevedra, a un penalti de la Copa Federación

Carmen García de Burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Capotillo

Los granates se quedan fuera en el partido de vuelta de octavos a pesar de ganar al Bouzas y de una segunda parte en la que fueron superiores

21 ene 2016 . Actualizado a las 13:35 h.

Jugó bien, ganó a domicilio y... se quedó fuera de la Copa Federación. El Pontevedra hizo anoche una demostración de fuerza en el campo Baltasar Pujales difícil de cuestionar. Acudían al campo del Rápido de Bouzas con casi todos los elementos en contra: habían perdido en casa en el partido de ida de octavos de final, jugaban en césped ajeno y, por si fuera poco, con el equipo más que mermado. Entre los lesionados y los que Luisito quería reservar para el partido de liga que disputarán el domingo en Tudela, apenas se reconocían caras habituales en la plantilla granate.

Aún así, el cuadro pontevedrés peleó una primera parte digna en la que, sin embargo, los vigueses aguantaron el envite con toda la elegancia que pudieron y dando, incluso, algún susto a la afición con un tiro al palo que hizo presagiar lo peor. 

No se cumplió y, lejos de eso, el Pontevedra se iba viniendo arriba a medida que pasaban los minutos para dejar claro que las nuevas generaciones del club vienen pisando fuerte. Teti y Abraham dejaron una huella en el campo vigués que remachó Vicent Company, el recién fichado portero procedente del Huracán de Valencia en su primer partido con el escudo del equipo de la ciudad del Lérez. 

El Pontevedra de Luisito fue en aumento, hasta el punto de volver del vestuario tras el descanso con el firme propósito de dominar el partido y marcar el ritmo a su antojo. Lo logró, y al Bouzas no le quedó otra que observar como un simple testigo el gol que Miki hizo realidad en el minuto 57. También el mano a mano que se marcaron Borjas y el guardameta vigués en la segunda mitad. El cancerbero pudo frenar el lanzamiento del delantero granate, pero el mensaje estaba dado. Los de Jorge Otero debieron captarlo, a juzgar por la entrada que sufrió el de Astorga y que hizo que la afición granate presente en el campo se echara las manos a la cabeza al comprobar que no se traducía en un penalti. El que podría haberles dado precisamente el pase a cuartos. Por la puerta grande.