El temporal no da tregua a Pontevedra

L. Penide, C. Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El Gafos se desbordó en varios puntos de su recorrido, mientras se registraron daños en colegios

09 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A las siete de la tarde de ayer, Pontevedra contabilizaba cerca de 57 litros de lluvia por metro cuadrado. No fue la cifra más alta registrada en la comarca, ni mucho menos -en O Castrove (Poio) se alcanzaron los 70 litros, mientras en Cuntis se superaron los 63-, pero sí lo suficientemente elevada para que, combinada con rachas de viento de casi sesenta kilómetros por hora, ocasionara toda clase de incidencias en el entorno del casco urbano.

Mientras de madrugada un semáforo de As Corbaceiras se venía al suelo incapaz de soportar los envites del temporal teniendo que ser retirado por los Bombeiros, a primera hora de la mañana la Policía Local tenía que cortar al tránsito varias calles que estaban anegadas. Al parecer, las inundaciones eran provocadas al atascarse sumideros de la red de alcantarillado, una circunstancia que obligó a intervenir a los operarios de Ferrovial. Entre otros puntos, esta incidencia se localizó en puntos tan concurridos como la avenida de Bos Aires -en las proximidades de la playa fluvial de Pontevedra- o las calles Celso Emilio Ferreiro -vial que comunica con el campus universitario- o Pomba, en Santa Margarida, que une los barrios de A Seca y Monte Porreiro con la carretera de Ourense y la subida a Montecelo.

Desde el Concello precisaron que, una vez desatascados los sumideros, la situación se normalizó y el tránsito de vehículos por estos puntos se restableció.

Ya pasado el mediodía, la Jefatura municipal fue alertada por la presencia de una piedra que podría generar un cierto riesgo a los vehículos que circulasen por la carretera entre Ponte Sampaio y Acevedo. Apenas unos minutos después se desbordaba el río Gafos. En un primer momento, las aguas anegaron parte del tramo urbano del paseo fluvial, para posteriormente inundar la zona de Lusquiños, en Tomeza. Los vecinos de esta parroquia sostienen que «para que o ano sexa bo, o río ten que botar sete veces fora», apuntaron desde Vaipolorío.

De igual modo, las intensas precipitaciones se dejaron sentir en la Facultade de Ciencias Sociais e da Comunicación. El área más afectada fue la tercera planta, donde se ubican despachos de profesores. Las filtraciones de agua dejaron imágenes nada habituales, ya que obligaron a colocar cubos en los pasillos.

Esta situación se viene repitiendo desde hace algunos años cuando llueve de forma intensa durante varios días seguidos.

No fue el único centro educativo damnificado por el temporal. Así, el Concello reconoció «danos de diversa consideración nos centros de ensino Infantil e Primaria», al tiempo que anunció que a partir del lunes comenzarán las reparaciones de los desperfectos. En la mayor parte de los casos, se acometerán limpiezas de canalones y se arreglarán ventanas y tejados que filtran.

Activado el protocolo de frío ante la escasez de plazas en los albergues

Aunque las temperaturas no han caído, la concejalía de Benestar Social Municipal de Pontevedra optó ayer por activar ya el llamado «protocolo de frío» para atender en estos días de temporal a aquellas personas sin hogar que no encuentran plaza para resguardarse en los albergues que hay en la ciudad. Son dos las instituciones que ofrecen techo a estas personas que acostumbran a pasar la noche al raso, Cáritas y Calor y Café, pero la oferta se reduce a 32 plazas.

Con los albergues llenos, la Policía Local calcula que unas quince personas duermen cada noche en las calles de Pontevedra, si bien la cifra fluctúa mucho. Activado el citado protocolo de frío, estas personas pueden pasar la noche en un hostal con el que el Concello, a través de Redeaxuda, mantiene un convenio de colaboración.

Aquellas personas que aun así prefieran pasar la noche en la calle, también recibirán una atención especial, ya que se les facilita ropa y objetos adecuados para soportar las inclemencias meteorológicas, ya sea por frío o por lluvias intensas. El lote incluye sacos de dormir térmicos, ropa interior térmica y bebidas calientes en vasos especiales que mantienen la temperatura.

Durante el año pasado se activó el protocolo de frío en un total de 28 noches, y 18 personas hicieron uso del hostal conveniado por el Concello.