Esta circunstancia llevó al juzgado cambadés a entender que tendrían que ser sus homólogos de esta localidad los que asumieran la instrucción judicial. Sin embargo, estos rechazaron la inhibición y el Tribunal Supremo les dio la razón. No en vano, consideró que, tras siete años de pesquisas, «tal débil punto de conexión con Catarroja, no aconseja trasladar la competencia».
Pasto de las máquinas de triturar
Solo el pasado año se intervinieron en España, según datos de la Agencia Tributaria, más de cinco millones de productos valorados en más de 812 millones de euros. Lo habitual es que todo este material falsificado, y tras la pertinente autorización judicial, termine en una trituradora o bajo los rodillos de una apisonadora. En otras ocasiones, y tratándose de prendas de vestir, se ha acordado su distribución entre personas necesitadas. foto Cedida