«Los juguetes sexistas han supuesto un retroceso en la lucha por la igualdad»

Elena Larriba García
Elena larriba PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Con Alba Alonso comprobamos que hasta los escaparates de las jugueterías van por sexos.
Con Alba Alonso comprobamos que hasta los escaparates de las jugueterías van por sexos. Ramón Leiro< / span>

Analiza como docente y como madre la campaña de la Diputación «Por un xoguete igualitario»

13 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Alba Alonso Feijoo (Vigo, 1975) es docente de la escuela pública y se define como una educadora vocacional. Licenciada en Filología Inglesa acaba de finalizar su tesis sobre masculinidades en la literatura infantil anglosajona desde un perspectiva de género y además es autora del proyecto Realkiddys, que propugna una infancia creativa en la que el valor lúdico es innato, una plataforma digital que busca un giro de pensamiento respecto a la educación de los niños y el binarismo niño/niña socialmente establecido. Desde su experiencia cono maestra y madre de dos hijos pequeños analiza la campaña Por xogo igualitario, impulsada por la Diputación de Pontevedra y cuyo objetivo es hacer reflexionar a los padres sobre la adquisición de juguetes no sexistas, coincidiendo con las fiestas de Navidad y Reyes.

-¿Qué le parece esta campaña de la Diputación desde el punto de vista de sus contenidos y objetivos?

-Me parece fantástica. Hacen muchísima falta este tipo de iniciativas de fomento de la igualdad desde la infancia. En el mundo de los juguetes pensamos que hemos avanzado, pero en los últimos años ha habido un retroceso. Cada vez hay más juegos estereotipados para niños y para niñas. En mi infancia es verdad que había juguetes clasificados por los fabricantes, por los mensajes publicitarios, los medios de comunicación y la sociedad adulta en general, pero no tantos como ahora. Eran más neutros y jugábamos con ellos indistintamente.

-En esta campaña se incluye un decálogo de buenas prácticas a la hora de elegir los juguetes para los niños. ¿Cuál sería la recomendación esencial?

-Lo más importante es la igualdad, que es un poco en lo que se basa la campaña, en transmitir que no hay juguetes de niños y de niñas. Y luego son muchas cosas que hay que tener en cuenta, que sean juguetes creativos, que se puedan compartir incluso entre distintas edades, que sean seguros, que no sean racistas, ni xenófobos, ni violentos, que ayuden a desarrollar las habilidades de los niños y que no limiten sus gustos. Si a las niñas les gustan las muñecas perfecto, pero que sean ellas las que lo hayan elegido, no nosotros por ellas. Y si la pide un niño lo mismo.

-En cambio hay muchos prejuicios si el que pide la muñeca es un niño.

-Muchos. Mi hijo tiene cuatro años y yo le he comprado muñecas. Cuando ha habido un cumpleaños o unos Reyes le he preguntado y también me ha dicho que quería una cocinita. A un niño cuando le das muñecas, le estas dando muchas opciones de expresarse, de hacer role-play, de desarrollar emociones, ternura, sensibilidad. Cuando no le das esas opciones le están limitando y le estas privando de habilidades que deberían practicar. Si te fijas, en los juguetes que son más «masculinos» no hay diálogo, todo es lucha y agresividad. Y creo que hay mucho miedo a la sexualidad, a cómo me va a salir el niño si juega con muñecas. Para empezar no te va a salir de ninguna forma, porque cada persona es como es y la diversidad sexual no es ninguna enfermedad. No está demostrado que determinados juguetes te lleven a una u otra tendencia sexual, en absoluto.

-¿Esa limitación la sufren por igual las niñas a la hora de integrarse en los «juegos de chicos»?

-Las niñas desarrollan antes la psicomotricidad - yo lo veo en mi hija pequeña-, en cambio, por lo general, no jugamos tanto con ellas al fútbol o al baloncesto, a los deportes, porque tendemos a considerarlo más cosa de niños. Pues también las estamos limitando. Sin embargo, no está tan mal visto que las niñas jueguen a cosas consideradas como ?solo de chicos?.

-¿Cuál sería el juguete ideal por la igualdad?

-Cualquiera. Sobre todo, los constructivos, que puedas cambiar, modificar, con los que puedas crear... Hablamos de juguetes neutros, no marcados para niños o para niñas, pero si los desmarcáramos todos, cualquiera puede ser fantástico, siempre que sepamos utilizarlos.

-Los padres y madres se reparten las tareas en casa y en cambio se dejan llevar por los estereotipos al comprar juguetes. ¿Qué pasa ahí?

-Lo que decíamos antes, parece que hemos avanzado un montón en el tema de la igualdad, pero queda muchísimo camino por andar y en el tema de los juguetes vamos para atrás. Falta esa educación desde la base, falta formación en los padres y en los educadores. Hay mucho mundo de princesas sumisas y ñoñas, y los superhéroes y los Madelman de hace quince años ahora tienen mil veces más músculos. Luego nos preguntamos por qué hay violencia de género en los adolescentes. Pues porque estamos creando una infancia que no se corresponde con los valores del siglo XXI. Nos parece normal y avanzado que un padre vaya al supermercado, haga la compra, tire del carrito de su bebé y le cambie los pañales, pero nos escandaliza regalarle a un niño una cocinita o un carrito de bebé. Les seguimos transmitimos estereotipos.

-La publicidad y la sociedad de consumo y de la comunicación es muy poderosa ¿Cómo se puede vencer esa presión?

-Desde el Gobierno se tendrían que adoptar medidas, pero todas las iniciativas están empezando desde abajo, desde la ciudadanía. Hay que quejarse más, hay que denunciar más determinados mensajes sexistas y discriminatorios amparándonos en las leyes. En Australia, en Inglaterra han conseguido cosas porque la gente ha empezado a quejarse yen grandes almacenes han desaparecido plantas de venta o pasillos diferenciadas para niñas y niños. Aquí vas a una juguetería y hay escaparates de niñas y de niños y en el interior lo mismo, aunque tenemos que agradecerle al Masterchef Junior de la tele que las cocinas ya empiecen a aparecer también como juguetes para niños. Cuando vas a comprar un juguete lo primero que te preguntan es si es para una niña o para un niño, cuando lo que deberían preguntarte es qué gustos tiene, cuántos años, si tiene hermanos para compartirlo...

-Se habla mucho de la importancia del juego en la educación de los niños, ¿pero sabemos educar jugando?

-El juego es importantísimo. Ahora en el mundo de la empresa se haba de la gamificación, como último término acuñado. En la infancia, el aprendizaje a través del juego es fundamental. Cuando hay emoción, cuando disfrutas y lo pasas bien aprendiendo es cuando te quedas con los conceptos y no memorizándolos.

-¿Qué es el proyecto Realkiddys que usted ha puesto en marcha en la Red?

-Es un proyecto que quiere luchar, precisamente, contra los estereotipos de género, que defiende una infancia auténtica, real, única y libre, que cada niño es especial por lo que es en cuanto a sus gustos, no en cuanto a los gustos que la sociedad les impone basándose en su sexo. Es una plataforma, un punto de encuentro social contra el binarismo niño/niña establecido. Yo pongo mi grano de arena transmitiendo la información y el conocimiento que me aportó la investigación para mi tesis y que trato de aplicar a mi vida como madre y a mi carrera como maestra.

-Su tesis doctoral va sobre la masculinidad en la literatura infantil inglesa. ¿También hay mucho sexismo en ese campo?

-La literatura es una herramienta que los maestros utilizamos mucho y la conclusión es que hace falta muchísima más literatura infantil, también en la española, que muestre otro tipo de niños no estereotipados: el que salva, el valiente, el que no tropieza. En mi tesis incluyo un cuento que tengo intención de publicar sobre un niño sensible, artista, al que no le gusta el fútbol, lo contrario de su hermana.

Alba Alonso Feijoo educadora infantil y filóloga de lengua inglesa

«Lo más importante es transmitir el mensaje de que no hay juguetes para niños y para niñas»

«Estamos creando una infancia estereotipada que no se corresponde con el siglo XXI»

«Vemos normal que un padre tire del carrito de su bebé y regalárselo a un niño escandaliza»