El vuelo del águila de una diseñadora de joyas

Elena Larriba García
elena larriba PONTVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

PAULA FARIÑA

La pontevedresa Paula García Carballal, una de las triunfadoras del certamen Xuventude Crea 2015, es la tercera generación de una saga familiar de relojeros y joyeros, que inició su abuelo Benigno y continuó su padre, Pablo García Regueira, propietario de la Joyería Palamios, en la calle Rosalía de Castro

02 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

De la pontevedresa Paula García Carballal se podría decir que se crio entre alhajas. Es la tercera generación de una saga familiar de relojeros y joyeros, que inició su abuelo Benigno y continuó su padre, Pablo García Regueira, propietario de la Joyería Palamios, en la calle Rosalía de Castro, donde ella también trabaja actualmente. Siempre se sintió atraída por este mundo de las piedras y los metales nobles, pero más enfocada hacia el diseño y la orfebrería. Un día vio en una pared un cartel de la Escuela Técnica de Joyería del Atlántico, con sede en Vigo, y decidió probar para dar rienda suelta a su alma de artista. «Fui una semana para ver si realmente me gustaba y me quedé tres años, hasta que me gradué». Estudió diseño y engaste, y hoy sigue formándose en gemología, identificación, análisis y evaluación de las piedras preciosas o gemas.

Se le da tan bien el diseño de joyas que acaba de ganar el segundo premio del certamen Xuventude Crea 2015 de nuevos creadores, promovido por la Consellería de Traballo, a través de la Dirección Xeral de Xuventude. Este año participaron más de 300 jóvenes, entre los 16 y los 30 años, en distintas especialidades artísticas, que van desde el teatro y la fotografía hasta la música, la poesía, el grafiti y la joyería, que es lo suyo.

La colección Plumas para volar demuestra el talento de Paula para el diseño de joyas y el prometedor futuro que le espera, aunque ella prefiere ser prudente y no echar las alas al viento antes de tiempo, porque reconoce que este es un mundo en el que cuesta mucho sobresalir y en su escuela hay mucho nivel. Las piezas por las que ha sido premiada es un juego en bronce de anillo, pendientes largos y cortos y una pulsera, todo ello inspirado en las plumas. La particularidad es que el brazalete lleva una pluma natural de águila que consiguió a través de la cetrería A Devesa das Rapiñas, de Pontevedra. Y no fue tan sencillo. «Tuve que investigar un poco para ver cómo podía incorporarla a la pieza y conseguí malearla con calor, concretamente con vapor de agua».

Está muy orgullosa del galardón conseguido este año, pero no es el único. Esta vez le pasó por delante otra diseñadora, Sonia Fernández Gandásegui, con la obra Migracións. Un honor que ya tuvo ella como primera clasificada en la edición 2012 de este mismo certamen Xuventude Crea. En aquella ocasión, Paula García fue la ganadora absoluta con otra colección titulada Érase una vez un circo. «Era un conjunto de pulsera, anillo y pendientes inspirado en la figura de un malabarista, realizado en plata y latón». Y se ve que la animó a seguir creando piezas de lo más originales y a seguir formándose para cosechar nuevos éxitos en su carrera profesional.

De momento, no ha comenzado a comercializar sus colecciones en la joyería de su padre, pero todo se andará. En el negocio familiar trabaja de cara al público, pero a ella lo que realmente le gusta es el taller, en el que también hace arreglos.

Los diseños que ha hecho hasta ahora han sido para concursos, exposiciones colectivas y galas solidarias, como una celebrada en A Toxa a favor de la Asociación de Síndrome de Down de Vigo, en la que se subastó una joya suya y fue adquirida por 110 euros.

Cuando Paula le dijo a su padre que quería dedicarse a esta profesión le respondió que con un joyero en la familia llegaba. «Pero ahora está muy contento, porque sabe lo mucho que me gusta». Tiene una hermana que es química. «Ella no siguió la saga familiar, aunque intento convencerla de que me haga aleaciones de metales para experimentar con nuevos materiales».

A esta diseñadora emergente lo que más le gusta es la joyería de autor, de piezas únicas, y no descarta llegar a crear algún día su propia marca. «Igual en el futuro, quién sabe». Lo que ya ha hecho es enviar currículos a importantes talleres de joyería, tanto de Galicia como del resto de España e incluso de Italia, porque para ella lo más importante es seguir aprendiendo.

Paula García es la tercera generación de una saga familiar de relojeros, que inició su abuelo y continuó su padre, propietario de la Joyería Palamios

La joven pontevedresa se graduó como diseñadora en la Escuela de Joyería del Atlántico y en el 2012 ya fue primer premio del concurso de nuevos creadores