Partido intenso en Aranda que acaba en derrota azul

ÁREA 11 / ARANDA

PONTEVEDRA CIUDAD

El Teucro tendrá que esperar para ganar fuera de casa

01 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El Teucro continúa sin saber lo que es ganar lejos del pabellón municipal de Pontevedra. En esta ocasión, los azules cayeron ante un Villa de Aranda que con esta victoria se cuela en la zona noble de la clasificación. Fue un partido intenso, igualado y en el que los galones de Balenciaga en ataque desesperaron a la defensa amarilla. Tanto, que el preparador ribereño tuvo que recurrir a la defensa individual para frenarlo. Amérigo, por su parte, se destapó como el héroe de la noche para los suyos al sostener el partido hasta cinco para el final.

No las tenían consigo en Aranda de Duero ante un partido tan difícil como tramposo sobre el papel. Los pontevedreses regresaban a la Asobal con prácticamente la misma plantilla que abrazara el ascenso, pero con una ilusión que superaba hasta la fecha cualquier hándicap posible. Salía el Teucro como una bala a por el partido. Con Edu Moledo desde el extremo, suyos fueron tanto el primer tanto del encuentro como las acciones iniciales de unos teucristas que iban a dar el do de pecho sobre el cuarenta por veinte arandino. Pronto Balenciaga se ponía el mono de trabajo y comenzaba a canalizar un juego que terminó por desesperar a la parroquia local y pedir al preparador del Villa de Aranda que lo inutilizara con una defensa mixta.

Primeros compases

Y es que los primeros compases fueron visitantes. Dinámicos, enérgicos, vibrantes, al Teucro le valía cualquier adjetivo que simulara celeridad para describir su actuación sobre la pista. El Aranda no le iba a la zaga. Con un ritmo frenético, los de Jacobo Cuétara tuvieron que cerrar atrás filas al paso del primer parcial para darse cuenta de que cualquier atisbo de duda iba a salirles caro. Y así fue. Blindaje a la portería de un Rangel sensacional, tan sólo superado por la increíble actuación del andaluz Amérigo en la otra portería, y brazos arriba para los de siempre. Muñoz abría la lata desde el extremo y un incombustible Juanlu Moyano, que jugó infiltrado, resultaba providencial en el desatasque del juego arandino en el lanzamiento exterior. A Oswaldo, la tercera pata de la mesa amarilla, le costaría más despegar. Lo mismo ocurriría con el juego azulón al paso del quince de encuentro. El Teucro no podía con las superioridades que los colegiados le concedían al castigar la intensidad defensiva de Aranda y las rentas eran mínimas en su favor a la recuperación de igualdad. Con mínima arriba para los locales se llegaría al paso por las duchas (15-14).

Pero aún le quedaba una marcha más al partido (a ambos conjuntos), y al inicio del segundo acto quedaría patente. Juego rápido y duelo de golpes en unos diez primeros minutos que infartaron al público, pero que demostraron las ansias por puntuar antes que la lógica del competidor. En ese mar de dudas era Aranda quien sabía cimentar mejor su juego y marcharse por primera vez en los parciales a tres tantos arriba (18-15). Pero aún no estaba todo hecho. Tiempo muerto de Domínguez y de nuevo que Aranda reestructuraba para no perder comba a los movimientos visitantes. Parcial de 0-2 azul que encendía las alarmas a cuarto del final y desenlace cruel para los visitantes. A poco más de diez, Chapela tenía que abandonar la contienda en un enganchón con Peciña del que quedaba tocado en el hombro, y Amérigo continuaba en liza impidiendo el despegue de unos amarillos que parecían multiplicarse sobre la meta del cordobés. En Aranda regresaba el brasileño Rangel a portería, algo que resultaría providencial. De hecho suyas eran las dos últimas intervenciones que catapultarían a los dos puntos a los de la Ribera del Duero.