La anomalía oxidada

Manuel Blanco

PONTEVEDRA CIUDAD

31 oct 2015 . Actualizado a las 05:10 h.

Campolongo es una anomalía imperdonable en la Pontevedra de nuestros días. Esa ciudad saludable, que camina, que transita en bici... Un centro deportivo público situado en el corazón de la urbe, lugar de peregrinación diaria de cientos de vecinos, debería ser un estilete de ese modelo de vida. Otro espejo en el que intuir que es posible hacer las cosas de otra forma. La realidad, al contrario, es desoladora. Indigna para los usuarios. Los trabajadores se han esforzado lo suyo para mantener la imagen de una instalación que, de tan vetusta y oxidada, pide a gritos mucho más que un lavado de cara. Campolongo es hoy esa casa vieja que, por mucho que te obstines en limpiarla, siempre parece sucia.