El principal equipo de futbol de la ciudad, que enfila la celebración de sus bodas de platino, es el símbolo que mejor identifica el llamado «pontevedresismo»

18 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Si hay un símbolo capaz de identificar y reunir ese concepto que damos en llamar pontevedresismo, ese es, sin duda, el Pontevedra Club de Futbol. Después de llevar viviendo 34 años en esta ciudad, he llegado a la conclusión, participada con amigos y conocidos de que, muy por encima de otros emblemas que pudiéramos imaginar, es el equipo granate quien mejor encarna esa seña de identidad. Incluso para quienes ni siquiera eramos inicialmente seguidores del Pontevedra CF y torcemos por otros equipos -lo escribe un celtista reconocido-, finalmente el cariño al club granate termina por aunar. No es exclusivo, sino inclusivo. Es probablemente el único símbolo capaz de cohesionar tanto a quienes residimos en esta ciudad como cuantos tuvieron que emigrar y suspiran en granate desde la diáspora, por encima de ideologías, clases y otras distancias.

Xabi Fortes acaba de poner negro sobre blanco en Los últimos de Pasarón, su valiosísima aportación en el reconocimiento de ese ADN pontevedresista que concentra el equipo de fútbol. Esa identificación viene de hace muchos años, como mínimo los cincuenta y tantos que transcurrieron desde el mítico plantel del Hai que roelo que militaba en Primera División. Unos cuantos de aquellos titulares de onces que se repetían de carrerilla entre la chavalada de los 60/70, estaban entre el público que nos dimos cita en el patio de butacas del sexto edificio del Museo el viernes noche.

El autor, que respira en granate desde los 9 años -pues antes también fue del Celta de Paco Doblas, pero él se quitó-, decidió autoeditar su primer libro -y espero que no sea el último, como se teme- en un enésimo gesto de amor por un club que está a punto de cumplir las bodas de platino.

No es de extrañar, viniendo de alguien que no dudó en enfundarse una camiseta del Pontevedra cuando presentaba la tertulia nocturna en el canal 24 Horas de TVE o cuando dio el pregón de las Fiestas de la Peregrina. Por tanto, difícilmente podríamos tener mejor aliado que el propio Xabi y su libro para explicar, sobre todo a las generaciones más jóvenes, ese sentimiento grupal que se materializa en clave granate.

En un recorrido memorístico más inspirado en la pasión que en el rigor, hecho más con el corazón que con el Google, como él mismo confiesa, Fortes corrobora que ese sentimiento aglutinador del pontevedresismo resulta mucho más evidente y acentuado sobre todo cuando el club afronta jornadas clave para ascender de categoría como revivíamos por última vez en junio, con la promoción y retorno a Segunda División B, tras la rotunda victoria sobre el Haro.

Recuerda el autor en uno de los pasajes de su libro, que ese día (27 de junio) incluso el poco agraciado Roelio concitaba una profesión de fe entre los 12.000 espectadores que llenaron Pasarón, y cuántos seguimos por TVG aquel partido. Se trató de dar respuesta a la encuesta del rotativo catalán El Mundo Deportivo que proclamó a la mascota oficial del Pontevedra CF como «la más fea del mundo». Por eso todos y cuantos acudieron al estadio recibieron una pegatina con el lema «Todos somos Roelio» y hasta la mascota salió al centro del campo a saludar, previo aviso por megafonía. Como escribe Xabi, «una cosa es que nosotros sepamos que realmente Roelio es feo de carallo y otra que te lo vengan a decir a la cara».

Para los 75 años de historia del Pontevedra CF que se cumplirán en 2016, Xabi Fortes tiene el reto de editar un nuevo trabajo ya sea literario y/o audiovisual como hizo en el año 2000 con imágenes y sonidos del Nodo, de los archivos de TVE y de particulares como los García-Lastra, Domínguez y la familia de Cholo, el gran capitán.

Y creo que para entonces ya estará en condiciones, espero, de desvelarnos algunos episodios que hoy se mueven en la nebulosa que media entre el posible recuerdo o la leyenda. No me extrañaría que cuente con la ayuda de Alfredo Relaño quien prologa Los últimos de Pasarón y se ha hecho «medio del Pontevedra» a través de su creciente amistad con Fortes, fundamentada en el amor por el futbol que ambos sienten.

Ellos saben a qué misterios me refiero, pero lo cito para poner en antecedentes al lector. Serían tres: ¿cuándo surgió el dicho «hai que roelo», que se popularizó en la década de los 60 para identificar al equipo granate (ahora es toda una imagen de marca como «Vivamos como galegos» ó «La chispa de la vida») y que se fundamentó en comparar aquel plantel con un hueso duro de roer que se le cruzó en el camino a los grandes equipos del futbol español? ¿Es verdad que aquel Pontevedra que llegó a ser líder de Primera División después de derrotar al Atlético de Madrid, fue en los días siguientes portada del diario Pravda, en pleno apogeo de la URSS, que ensalzó a los granates como el «equipo proletario que tiene por capitán a un chófer de tranvía (Cholo) que se impone a los clubes profesionales de los capitalistas»? ¿Será cierto el influjo de san Benitiño, como mantiene Carlos Valle, es cuestión esotérica o bien hay explicación científica para que la portería de Fondo Norte sea donde el Pontevedra haya logrado los goles más decisivos de su historia, desde el tanto de Odriozola contra los colchoneros que otorgaba aquel liderato en Primera (1965) hasta los tres que encajó el Haro (2015) para materializar el último ascenso?

Seguro que habrá respuestas.