La plataforma que se opone a la construcción de la autovía A-57 celebró su primer aniversario regalando colores y aromas de la flora de este monte
25 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La plataforma Salvemos a Fracha retomó ayer su presencia en la calle para celebrar su primer año de lucha contra el proyecto de la autovía A-57. Para conmemorar este primer cumpleaños, el colectivo de las camisetas verdes optó por compartir con los vecinos de Pontevedra «os agasallos que cada primavera o monte da Fracha nos regala». Durante tres horas, la plaza de Ourense fue el escenario elegido para acercar a la ciudad «o colorido e os aromas da flora que medra na serra da Fracha e nos xardíns e leiras do rural pontevedrés».
También aprovecharon el acto para explicar la afección y el impacto que, a su entender, supondrá la construcción de la autovía. Lo hicieron repartiendo un folleto titulado «Ruralizamos as cidades, asfaltamos o rural».
La acción de ayer forma parte de la campaña informativa que mantiene la plataforma para difundir el impacto «severo» que el proyecto de autovía paralela a la autopista AP-9 tiene en la zona por la que transcurre el trazado en los municipios de Pontevedra y Vilaboa. Salvemos a Fracha apuntó que está a la espera de que la ministra de Fomento, Ana Pastor, y el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores (BNG), den respuesta a la petición de reunirse con el colectivo y los vecinos afectados.
En este sentido, la plataforma recordó que el Gobierno central aprobó el estudio de impacto ambiental con «graves carencias» y sin escuchar a los afectados. Añadió que el Concello de Vilaboa ya mostró su rechazo a dicha aprobación, mientras que el de Pontevedra, tras mostrar su preocupación por el impacto de la obra en el monte de A Fracha y pedir la construcción de túneles como medida correctora, no manifestó su posura al respecto. Salvemos a Fracha dijo ayer que esos túneles fueron rechazados por el Ministerio de Fomento.
Según la información que maneja el colectivo, el primer tramo de la autovía o circunvalación de Pontevedra, de 6,2 kilómetros entre Vilaboa y A Ermida, tendrá un coste de 84 millones de euros, sin contar las expropiaciones ni la seguridad de la obra, por lo que la A-57 necesitará de una inversión de mil millones de euros para la totalidad del trazado, que ronda los 64 kilómetros.
«Queremos conseguir que a cidadanía de Pontevedra reflexione sobre a relación entre o elevado custo económico e ambiental e os posibles beneficios da construción dunha infraestrutura que transcurre paralela á AP-9», apuntaron ayer.