La fiebre del ciclismo extremo

Roi Palmás
roi palmás PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

La bicicleta construida en Vilinus por el corredor.
La bicicleta construida en Vilinus por el corredor. cedida< / span>

El tinerfeño Aythami González cubrirá en solitario los 965 kilómetros que separan Huelva de Pontevedra para participar en el Criterium de piñón fijo

16 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No es la primera vez que el ciclismo se liga a gestas y heroicidades que no parecen estar al alcance del común de los aficionados a la bicicleta. Pontevedra se prepara para albergar uno de esos hitos que suelen pasar de puntillas por las crónicas de los grandes eventos, pero que dejan huella en los protagonistas que osan desafiar a las leyes de la lógica y en quienes comparten la grandeza de la superación.

Aythami González es un experimentado ciclista extremo que puede presumir de que su cuentakilómetros personal ha dado ya varias vueltas al límite preestablecido. En el círculo de los amantes del ciclismo de piñón fijo es uno de esos nombres de renombre y su fama empieza a precederle.

El tinerfeño ultima estos días los detalles para su nueva aventura. Tirando una vez más de épica, promete embarcarse desde su isla natal el próximo 23 de abril, rumbo a Huelva. De tierras andaluzas partirá al día siguiente «poco cargado, con una pequeña maleta llena de comida y el móvil», ya que hay que minimizar al máximo el peso en ruta.

El trazado diseñado será: Huelva, Cáceres, Salamanca, Zamora, Puebla de Sanabria, Ourense y Pontevedra, donde aspira, si le quedan fuerzas en el zurrón a tomar la salida del Criterium de piñón fijo que está previsto para el próximo 2 de mayo en el epicentro de la ciudad del Lérez.

Aythami juega contra la distancia y contra el tiempo. Esta particular carrera de fondo a contrarreloj contstará de 965 kilómetros en la más absoluta soledad, con un solo piñón en su cuadro, un móvil, una maleta de comida variada -porque asegura que «no soy fan de las barritas energéticas»- y grandes dosis de paciencia. El secreto es «el plano psicológico, que es lo más complicado».

Hazañas anteriores

El «canario loco», como se le reconoce en el mundillo, se construyó un bici de madera en su etapa en Vilnius (Lituania), con la que se cruzó Europa hasta llegar a Valencia, donde siguió con sus estudios de Bellas Artes. En aquella ocasión «me lo tomé con calma», porque tardo ardedor de dos meses en recorrer los 2.800 kilómetros del viaje de placer que firmó. El pasado año optó por acudir desde Valencia a Vigo (1.300 kilómetros) para tomar parte en el Marisquiño. Ahora, la meta la tiene puesta «en una mariscada» y en la primera edición del criterium pontevedrés.