Los carballos de Caldas y el de Santa Margarita, puntos negros

pontevedra / la voz

PONTEVEDRA CIUDAD

25 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La afección del parque del Retiro de Madrid guarda grandes similitudes con algunos casos destacados en el corazón de la comarca pontevedresa. Por encima de otras zonas verdes, parques y jardines destacan los casos de la carballeira de Caldas de Reis y el del histórico carballo de Santa Margarita, en la parroquia de Mourente, en Pontevedra.

Estos son los dos grandes exponentes de una especie tremendamente enraizada en Galicia desde hace siglos que ahora ve aflorar problemas de hongos que podrían hacer desaparecer algunos de los ejemplares históricos en lugares altamente concurridos. Para ello, desde la Estación Fitopatolóxica trabajan a destajo para conocer a fondo su estado y evolución, y para ponerle remedio a las enfermedades que los atacan y que se centran en hongos (fitóftora y armillaria) e insectos perforadores.

El caso caldense es paradigmático. Se trata de un lugar que soporta una destacada presión de uso diario. Muchos visitantes y usuarios acuden habitualmente a este enclave, próximo al río Umia, lo que puede agravar su evolución si no se toman las medidas oportunas. De hecho, a la luz de los últimos estudios realizados sobre el terreno, un 82 % de las muestras de suelo analizadas presentan hongos y en diversos sectores de este pulmón verde conviven las dos especies anteriormente citadas.

Con respecto al árbol de Santa Margarita, el diagnóstico es diferente. Pedro Mansilla, el alma mater de O Areeiro, asegura que «a este carballo le pasa lo que a las personas de cien años, que tiene bastantes achaques. Se podría hacer el paralelismo teniendo claro que de cabeza está bastante bien aunque le fallan las piernas». La explicación gráfica sirve para entender que un ejemplar como este, al que se le calculan unos cinco siglos de historia, tiene que estar vigilado y afrontar una curación. La estación de O Areeiro prescribe el tratamiento tras las analíticas practicadas, pero han de ser los organismos públicos responsables de la demarcación los que se encarguen de suministrar esas medicinas.

Símiles al margen, y exceptuando estos dos grandes puntos negros, que preocupan, la salud global de las zonas verdes pontevedresas es buena.