El fiscal pide que la pareja de Sonia se someta al test de la verdad

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El ministerio público ya interpuso el recurso contra el archivo del caso

13 ago 2014 . Actualizado a las 14:28 h.

Nada más conocer el contenido del auto por el que se archivaba provisionalmente la investigación por la desaparición de Sonia Iglesias, la Fiscalía de Pontevedra ha interpuesto un recurso de reforma y subsidiariamente de apelación contra esta decisión. El escrito que el ministerio público ha dirigido al Juzgado de Instrucción número tres, además, pide que Julio Araújo, compañero sentimental de la desaparecida y único imputado por estos hechos, se someta a la prueba de la verdad, la P300.

Se trata de un test neurofisiológico que estudia como reacciona el cerebro ante una serie de estímulos visuales -normalmente, fotografías-, así como ante las frases que los expertos pronuncian y que estarían relacionadas, en este caso concreto, con Sonia Iglesias. Las fuentes consultadas precisaron que, en ambos casos, Julio Araújo no tendría que hacer declaración alguna, ya que lo que se analizan son los picos eléctricos que se observan en el cerebro de la persona en cuestión al verse enfrentada a esas imágenes y declaraciones.

Los defensores de esta tipo de pruebas señalan que los potenciales evocados cognitivos -nombre científico con el que se conocen los datos recogidos por la P300- no pueden ser modificados por el individuo que está siendo analizado. Esto es, la información que se desprende de su análisis no puede ser ocultada, camuflada o alterada por la persona que realiza el test.

Por su parte, los que se oponen a la P300 aseguran que atenta contra un derecho fundamental de todo individuo: el de defensa. Sostienen que, en concreto, se vulnera el derecho reconocido legalmente de que un encausado no está obligado a declarar contra sí mismo. De hecho, los imputados en un juicio pueden mentir sin que por ello se les pueda acusar de delito alguno.

En el caso concreto de Julio Araújo, todo parece indicar que la intención de la Fiscalía de Pontevedra es la de tratar de establecer si tiene algún tipo de conocimiento sobre el paradero de Sonia Iglesias, en cuyo caso intentar delimitar la zona o área donde las fuerzas del orden tendrían que intervenir.

Se da la particularidad de que, a finales del pasado año, la familia de la pontevedresa ya valoró la posibilidad de solicitar la realización de esta prueba con la mente puesta en concretar si «miente o dice la verdad». De este modo, el objetivo que se perseguiría es saber si almacena en su memoria algún tipo de recuerdo del delito por el que ha estado imputado los dos últimos años -la causa se seguía por un supuesto delito de detención ilegal-. Todo parece indicar que, no obstante, la representante legal de la familia, que también recurrirá el sobreseimiento de la causa, no llegó a formalizar esta petición.

Polígrafo

Por otro lado, ayer trascendió, que representantes del ministerio público sondearon la posibilidad -no hubo petición formal a la magistrada- de que Julio Araújo se sometiese a la prueba del polígrafo o máquina de la verdad, así como a un test psicológico de veracidad.

Finalmente, les dejaron claro a la Fiscalía que no prosperaría una solicitud por la vía judicial al respecto.