Un hombre muere a los cuatro días de ser agredido en un asilo

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

La familia de la víctima pide que se investigue lo ocurrido en Caldas

11 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«Es todo muy raro y lo que queremos es que se investigue lo que pasó». Es la petición que hizo ayer la hija de un enfermo de demencia de 75 años que falleció en el Hospital Montecelo, de Pontevedra, cuatro días después de haber sufrido, supuestamente, una agresión en el asilo de Caldas de Reis. Un centro en el que el hombre llevaba residiendo desde el 2008.

Según el relato de esta mujer, los hechos ocurrieron en la madrugada del pasado 28 de febrero en el asilo. Su padre, J.C.C., compartía habitación con otro usuario, D.?D.?V., de 65 años y nacionalidad portuguesa. «Lo que nos dijeron es que mi padre estaba moviendo la barra antivuelco de la cama haciendo mucho ruido y que no dejaba dormir a su compañero, que la emprendió a golpes con él», señaló la hija del fallecido. Al parecer, el supuesto agresor se comunicó por el telefonillo de la habitación y pidió al personal que llevaran a J.C.C. al hospital. «Mi padre estaba ensangrentado, lo llevaron al punto de atención continuada (PAC) del centro de salud, donde le dieron puntos en una oreja por un corte que le hizo», añadió su hija. Pero el lunes personal del asilo tuvo que trasladar al anciano a Montecelo, donde falleció en la madrugada del martes, 4 de marzo.

La familia está a la espera de recibir el resultado de la autopsia practicada en la delegación de Pontevedra del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), pero ya interpuso una denuncia en el juzgado para que se investiguen los hechos. A pesar de la demencia que sufría, J.?C.?C. no tenía problemas de movilidad y era autónomo para comer. «No entendemos por qué no lo llevaron al hospital en un primer momento porque también tenía un golpe en el estómago», lamentó su hija. Al parecer, después del incidente, el asilo de Caldas ya le dijo a D.?D.?V. que se tenía que buscar otro sitio para vivir, extremo que no pudo ser confirmado.

Sin explicaciones

La superiora del asilo de Caldas de Reis no quiso ayer pronunciarse sobre lo ocurrido en las instalaciones el 28 de febrero. Muy amable, la monja declinó referirse a lo sucedido a preguntas de este periódico: «Le pido que me disculpe, pero no voy a comentar nada de eso». La reacción de la superiora quizá tenga que ver con los sucesos que han protagonizado en los últimos años usuarios del centro.

El penúltimo tuvo lugar el 16 de enero, cuando Manuel Pampín Abad, de 77 años, desapareció del asilo. Su cuerpo fue localizado sin vida dos días después flotando en el río Umia. El 27 de marzo del 2013, una mujer con demencia, María Regina Fresco Barcala, de 82 años, fue hallada viva tras 16 horas perdida. Y el 13 de junio del 2004, María Román Lago, de 75 años y enferma de alzhéimer, desapareció junto a una compañera que sí fue localizada con vida. Su cadáver apareció siete meses después en un monte de Eirín.