Cuatro ya exalumnos de un instituto pontevedrés, que compartieron con La Voz los días previos de estudio y la jornada del examen, relatan qué harán tras aprobar la PAU
25 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El pasado 6 de junio compartían mesa y estudio en la biblioteca del IES A Xunqueira I de Pontevedra. El día 12, aula en la Facultade de Ciencias Sociais e da Comunicación en la primera de las tres jornadas del selectivo. Y ayer por la tarde, cafetería, pese a no celebrar el aprobado en la noche de san Xoán. Son Nerea Castro, Mateo García, Pilar Riopa y Alba Miguéns, cuatro ya exalumnos de este instituto de la ciudad que, una vez superada la PAU (prueba de acceso a la universidad), afrontan los preparativos de una nueva etapa vital.
La sonrisa de Pilar y de Mateo contrasta con la incertidumbre que transmiten las caras de Nerea y Alba. Ambas necesitaban hacer un selectivo casi perfecto para entrar en Medicina en Santiago. Nerea obtuvo una nota final de 11,878 (sobre 14) y Alba, un 10,36. Ayer meditaban si solicitan una segunda corrección de algunas materias, aunque no lo tenían claro porque también les podría bajar la media.
«Sabía que non me ía dar a nota despois do chasco en inglés, galego e matemáticas. Medicina case o dou por descartado», comenta Alba. Ahora se plantea estudiar Biotecnología, aunque tendría que irse fuera de Galicia, previsiblemente, a Cataluña. «É unha carreira volcada no I+D e que, en teoría, ten moito futuro», apunta. Nerea todavía no tira la toalla. Medicina sigue siendo su primera opción y no descarta subir nota en septiembre repitiendo las optativas. «Me faltan un par de décimas, pero, si aún así no puede ser, estudiaría un año Enfermería en Pontevedra y me volvería a presentar», dice convencida.
Pilar, con un 9,734, no tendrá problemas para entrar en Derecho en Santiago. Mateo, que bromea con su compañera por haberla superado tras el selectivo, también respira tranquilo. Su 9,878 le debería llegar de sobra para cursar en Madrid el doble grado en Derecho y Ciencias Políticas. «Esa es mi idea, pero tengo demasiadas opciones y aún podría cambiar», señala.
Con la distancia que dan los días, los cuatro coinciden en que, pese a cierto sinsabor, la PAU no era tan complicada como la pintaban. De hecho, en Galicia el 87,69 % de los 10.416 matriculados pasaron el escollo. «Yo empecé muy tranquilo el miércoles y el viernes estaba más nervioso. En historia y lengua saqué las mejores notas. En inglés esperaba un 2, y saqué un 5,75, un milagro increíble. Al final, unas notas compensaron otras», recuerda Mateo. Nerea alude a que la semana que hubo que esperar para conocer el resultado se le hizo «un poco larga». Y el viernes 21 por la tarde la página web de la Comisión Interuniversitaria de Galicia (Ciug), donde se publicaron las notas, «estaba colapsada».
¿Y con qué planes encaran el verano y las merecidas vacaciones? «Dormir y playa», subraya Pilar sin pensárselo. «Vivir, que aínda non vivín nada, pero teño claro que non vou coller un libro», sentencia Alba. «Aínda hai que acabar de atar cabos, pero descansar e pasalo ben», añade. Amigos, playa y algún concierto están en el horizonte más próximo de estos jóvenes de Campo Lameiro y Cotobade.
En general, les apetece la experiencia universitaria y la autonomía y responsabilidad que conlleva el dejar la casa de los padres. Tanto Mateo como Pilar piensan que el primer curso lo pasarán en una residencia, y después les gustaría probar en un piso con compañeros. «En la residencia hay más servicios y en mi caso, que me iré a Madrid, tendré que hacer amigos primero», relata Mateo.
«Medicina case o dou por descartado. Biotecnoloxía é unha carreira con moito futuro»
Alba Miguéns Gómez
«¿Qué voy a hacer este verano? Pues dormir y playa, seguro, y lo que vaya surgiendo»
Pilar Riopa Rodríguez
«En la residencia hay más servicios y en mi caso, que me iré a Madrid, tendré que hacer amigos»
Mateo García Silva
«Me faltan un par de décimas, pero si no estudiaría un año Enfermería y me volvería a presentar»
Nerea Castro Casal