Desde hace semanas, la pontevedresa Rebeca Arriba-Silva y su abogado Fernando Romay tratan de demostrar que fue una de sus hermanas y no ella la que robó unas cestas de Navidad. Sostienen que la suplantación llegó hasta el juicio, que terminó en condena. Fue entonces cuando, siempre según su versión, se enteraron de que la pena recaía sobre la pontevedresa. Se le revocó la libertad provisional para ingresar en prisión. Tal decisión ha sido recurrida, mientras mantienen que un simple cotejo de las huellas o del visionado del vídeo de juicio demostraría la inocencia de Rebeca.
-¿Cuando se enteró de lo que había ocurrido?
-A los pocos días de celebrarse el juicio. Fue mi hermana quien me lo contó, me confesó que uso mi nombre. Me pidió que la perdonara porque es una toxicómana y no sabía lo que hacia.
-¿Y la ha perdonado?
-Algo sí porque las hermanas se perdonan. Además, ella es drogadicta. La he perdonado y a ver si se pueden arreglar las cosas.
-¿Ha vuelto a hablar con ella?
-Me llamó ese día y ya no volví a saber nada de ella. Mis padres dicen que si lo ha hecho ella, que se lo coma ella.
-¿Podrá evitar ir a prisión?
-A ver... Yo voy a pedir huellas, que se visionen las fotos y lo que haga falta porque creo que cuando la detuvieron le tomaron las huellas y le sacaron fotos.
-¿Cómo pudo engañar a la policía y al juez?
-No lo sé, porque tontos no son. A mí se me extravió el carné y no me apareció. No sé si me lo cogió ella o no. Me lo hice aquí en Pontevedra... A estas alturas, en la Justicia no puedo confiar, pero espero que se solucione pronto.
Rebeca Arriba-Silva Montoya supuesta víctima de una suplantación en un juicio