Cetáceos varados, ¿atractivo turístico o pesadilla municipal?

PONTEVEDRA CIUDAD

Las dimensiones de ballenas y cachalotes dificultan su retirada de las playas de la ría

08 abr 2010 . Actualizado a las 13:30 h.

Los varamientos de cachalotes y ballenas suponen todo un acontecimiento social si llegan en buen estado a la costa, y se convierten en un problema ambiental y económico para los concellos cuando llegan en avanzado estado de descomposición.

En la ría de Pontevedra, el ejemplo más reciente de los primeros fue la ballena que arribó con el espinazo partido y encajada en un buque portacontenedores el pasado septiembre. En el segundo supuesto se encuentran los últimos casos de varamientos de grandes cetáceos. Una ballena se pudre en las rocas en Lagos (Bueu) desde el pasado diciembre ante la imposibilidad de sacarla. En Marín, un cachalote espera ser retirado de la playa de A Coviña en una operación que al Concello le está causando más de un quebradero de cabeza.

En cualquiera de estos casos, queda lejos la imagen idílica de la ballena que se paseó viva por el puerto marinense en el 2003. No obstante, el atractivo que los grandes cetáceos tienen sobre los humanos mantiene intacto toda su influencia. Estos mamíferos marinos, vivos o muertos, se convierten en un foco de visitas de las villas próximas, cuyos vecinos aprovechan la oportunidad por pura curiosidad.

Operativos costosos

La Autoridad Portuaria asumió la retirada de su dársena de la ballena de septiembre. El animal medía quince metros y pesaba 22 toneladas. Su izado se realizó con grúas. El rescate, aunque aparatoso, no fue difícil.

Alfredo López, presidente de Cemma, explicó que este tipo de operativos se convierte en mucho más complicados cuando son los concellos y no una Administración superior quienes corren con la operación. Las consellerías de Medio Rural y Medio Ambiente consideran estos animales residuos sólidos urbanos y no se hacen cargo. La retirada de los cetáceos, entonces, supone una verdadera pesadilla para los gobiernos locales.

Sin riesgo contaminante

En el caso de Marín, el cachalote de ocho metros llegado el sábado está ya medio enterrado en A Coviña. El Concello barajó varias posibilidades, aunque al final optó por su tratamiento in situ con un producto que acelere su descomposición. Se trata, según la edila de Medio Ambiente, Pilar Blanco, de que con menor volumen pueda ser retirado de su ubicación con maquinaria aprovechando las mareas vivas dentro de diez días.

López cree que sí es posible la retirada por mar de este animal y es partidario de que se haga, aunque no supone ningún riesgo ambiental para la playa. «O animal está moi descomposto, pero non é unha mancha de aceite. Un cachalote por moitos líquidos que libere non vai contaminar a ría», aseguró recordando que el verdadero peligro para el mar está en los residuos de ciudades y fábricas.

El presidente de Cemma desconoce el tratamiento previsto por el Concello, pero sí señaló que la permanencia del animal en el arenal no es «a mellor situación». Su impacto en el ecosistema no será muy grande, no obstante. Malos olores y restos de grasa en los metros inmediatos, pero nada más, según este biólogo. Los demás animales se encargarán de comerlo.

Este es precisamente el caso de la ballena de Lagos. Está en una zona rocosa de imposible acceso con máquinas. Tampoco se puede sacar por mar. Como no hay casas cerca, el Concello optó por dejarla allí. Los fines de semana se ha convertido en un punto turístico más, sin duda el más oloroso, de cabo Udra.