El Acuario recreará el ecosistema del río Miño en un tanque para lampreas

Rubén Ventureira A CORUÑA

PONTEVEDRA CIUDAD

VÍCTOR MEJUTO

Una piscina con 10.000 litros de agua acogerá a estos peces en la sala Maremagnum Habrá actividades para los niños y menús especiales en el restaurante del recinto

27 ene 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

La Casa de los Peces será el próximo mes la parada de los monstruos. De los apetitosos monstruos. La lamprea, sin duda uno de los peces más horribles del mundo, será el protagonista de una exposición. «Vamos a recrear un ecosistema fluvial, el del río Miño. Es la primera vez en la historia del Acuario que se maneja un gran volumen de agua dulce, pues lo haremos en un tanque cilíndrico con 10.000 litros de capacidad», avanza Paco Franco, director técnico de la Casa de los Peces. Hasta ahora, se habían realizado «pequeños experimentos» con lampreas en uno de los acuarios de la sala Maremagnum. «Hemos estado viendo cómo se adaptaban y, ahora, hemos decidido hacerlo a gran escala». Primero se probará «con varias decenas, y después iremos aumentando el número». Los ejemplares serán traídos desde A Guarda (Pontevedra). Aún no han llegado. Por ahora, los técnicos de la Casa de los Peces están preparando el acuario que los acogerá, «que está quedando espectacular», apunta Franco. Programas Durante el tiempo que dure la exposición se celebrarán una serie de actividades relacionadas con la lamprea. Los programas destinados a los escolares, como las acampadas de fin de semana, girarán en torno al primitivo pez. Además, habrá unas jornadas de la lamprea coordinadas por Pablo Gallego, responsable de la Cantina de Ultramar, el restaurante del acuario. El cocinero explica cómo la preparará. «Primero hay que quitarle el limo que recubre su piel. También se quita la hiel de las branquias», empieza. Hay más partes desaprovechadas: «Tiene un cartílago a lo largo del cuerpo. Fíjate si es duro que antiguamente se utilizaba para hacer cuerdas de guitarra. Con un corte en la espalda se le arranca». Gallego la preparará «a la bordelesa, como la liebre, con su propia sangre». «Se abre por la barriga, se desangra y eso se mezcla con un tinto gallego. Con un amandi, un barrantes o un ribeiro, para que no coagule. Ya lo hacían los romanos», recuerda. Después, toca esperar. «Se deja macerando con esa sangre, de la noche al día, unas 12 horas. Por último, se pocha la cebolla picada, un par de hojas de laurel.... Y se hace un guiso en su propia sangre». Y ya está lista para servir. Para exhibir, lo estará a partir del próximo mes y hasta marzo.