Troncos calcinados que aún siguen en terrenos privados caen a cada paso sobre las carreteras

La Voz

PONTE CALDELAS

21 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En Ponte Caldelas, casi todas las comunidades de montes afectadas por los grandes incendios del 2017, que quemaron el municipio de cabo a rabo, lograron ya sacar la madera quemada de sus propiedades. Algunos lo hicieron con acuerdos con madereros y otros se sumaron a convenios con la Xunta para triturar aquellos restos que no tenían interés comercial. El problema es que aún sigue habiendo muchos troncos calcinados a pie de monte, en muchos casos en terrenos particulares cuyos propietarios a veces viven lejos y son difíciles de identificar -Ponte Caldelas es uno de los municipios donde la emigración a países como Brasil tuvo un peso tremebundo-. El problema es que esa madera negra que aún sigue en el monte se está cayendo a cada paso sobre las carreteras caldelanas.

En los días en los que la lluvia se combina con viento no es difícil ver ramas caídas en sitios como la carretera que va desde Ponte Caldelas hasta Arcade. Igualmente, en la pista de Silvoso o de Regodobargo también hubo problemas porque cayeron distintos troncos. «É un auténtico perigo ter iso así», señala un comunero caldelano.

Cordones verdes

Más allá de mirar al pasado y pensar en la enorme factura que dejaron los incendios del 2017 en Ponte Caldelas, algunas comunidades de montes no dejan de darle vuelta al futuro inmediato. ¿Qué se puede hacer con el monte para evitar otro episodio de fuego? Esa es la gran pregunta. En Chaín y O Barbudo están planificando hacer cordones verdes e incluso meter ganado.