El eterno y retranqueiro hippy al que no se le resistían los artistas

m.?h. PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTE CALDELAS

emilio moldes

Pereira fundó en los años noventa la emblemática taberna Eicho de dar queridiña

02 dic 2018 . Actualizado a las 05:05 h.

José Carlos Pereira, que falleció en Ponte Caldelas a los 68 años, tenía claro que él era un hippy «dos de verdade». Natural de Ponte Caldelas aunque criado en Brasil, se había curtido para serlo en Ibiza y Mallorca en los setenta y los ochenta. Contaba en una entrevista que no se había ido a vivir a una comuna porque para eso había que tener dinero y él, aunque hippy, se pasó media vida dando el callo por España y Europa, en la hostelería o como curtidor de cuero. También surcó los mares en pesqueros con destino a Sudáfrica o Angola.

En los noventa, volvió a Ponte Caldelas y allí, en una aldea, abrió la taberna Eicho de dar queridiña, que se acabó convirtiendo en un clásico. Por ella pasaron desde Susana Seivane a Carlos Núñez o Cristina Pato. ¿Cómo lo conseguía? «Non me faltan amigos», solía decir él.