«O río podíase cruzar a pé e agora xa vai cheo»

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTE CALDELAS

María Hermida

La alegría por el cambio de imagen de los cauces y los manantiales es total: «Vemos o ceo», se oye decir

12 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El refrán se ha ido al traste y, por una vez, ha llovido a gusto de todos. O de casi todos. Esa es la conclusión cuando uno habla con vecinos de distintos puntos de la comarca de Pontevedra que viven pegados a los ríos y que últimamente desayunaban a diario con la imagen de cauces secos. Estas personas, aunque pasaron el domingo pendientes de si sus casas acababan inundadas -en Ponte Caldelas, por ejemplo, el Verdugo sí se desbordó-, ayer mostraban su alegría por «tantos litros caídos». Unos y otros no dejaban de mostrar su asombro por el cambio que pegaron los ríos e incluso también algunos manantiales en cuestión de horas. «O río podíase cruzar a pé e agora xa vai cheo, foi cuestión de un día», decía Suso, un policía local de Cuntis que ayer echaba un vistazo al Gallo, un afluente que a la salida del casco urbano suele desbordar y que el domingo a punto estuvo de hacerlo.

Justo al lado del Gallo es donde vive Manuel Loureiro. A sus 81 años ha visto desbordarse el cauce en un buen número de ocasiones. Sin embargo, anteayer observó llover «con moito gusto»: «Que bonito foi ver como se ía enchendo o río, co seco que estaba. Eu tiña moito medo de quedar sen auga e non ter nin con que ducharme», decía el hombre. Y algo parecido se oía también en Caldas, donde el Umia recuperaba una imagen ya olvidada en los últimos tiempos. Ahí, en la carballeira del Umia, un operario del Concello, Antonio Miguéns, indicaba: «A semana pasada, cando andabamos limpando cerca do río, en moitas zonas viamos o fondo, viamos os peixes abaixo de todo. E agora o río está potente de novo». Y esa misma alegría por ver el agua rugir de nuevo marcaba la caminata diaria de Paquito y Manuel, dos asiduos del paseo fluvial de Caldas: «Quen o viu e quen o ve, e todo nun día», decían mientras apuntaban con sus paraguas negros al embravecido Umia.

¿Y qué ocurre con los manantiales? La recuperación está siendo más lenta. Pero en algunos casos el cambio también es evidente: «Vemos o ceo, penso que non temos que facer máis restricións de auga, e levabamos desde xuño con elas», decía el responsable de la traída vecinal en Caritel (Ponte Caldelas).