Los Sanfermines también se corren en Combarro

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

FOTOGRAMA DEL VÍDEO DIFUNDIDO POR ÁNGEL MOLDES

Cien años exactos después de la primera visita de Ernest Hemingway a Pamplona, unas tres decenas de vecinos de Poio emularon este sábado un encierro por una de las calles del casco histórico

10 jul 2023 . Actualizado a las 19:39 h.

«En Pamplona, donde tienen seis días de toros cada año, desde el 1126 de la era cristiana, y donde los toros corren por las calles de la ciudad a las seis de la mañana, con la mitad de la población corriendo delante de ellos. (...) Pamplona, donde todos los hombres y jóvenes de la ciudad son toreros amateurs y donde hay una lidia amateur cada madrugada que es esperada por 20.000 habitantes, en la que los toreros amateurs van todos desarmados y donde hay una lista de accidentados por lo menos igual que en una elecciones en Dublín». Con estas palabras, recogidas por las web Hemingway.es, el Premio Nobel Ernest Hemingway evocaba para el Toronto Star en 1923 la primera de sus múltiples visitas a la capital navarra para disfrutar de las Fiestas de San Fermín.

Exactamente, cien años, un siglo, después del primer contacto del autor de Fiesta, Por quién doblan las campanas o El viejo y el mar con Pamplona, una treintena de vecinos de Poio emularon este sábado un encierro por unas de las principales calles del casco histórico de Combarro. No llegan a treinta segundos de carrera, el tiempo que como mucho suelen recorrer las miles de personas que cada mañana desde el 7 de julio esperan a los astados al final de la cuesta de Santo Domingo para conducirlos, relevándose por tramos, por decirlo de alguna forma, hasta la plaza de toros.

Eso sí, en Pamplona las normas son rigurosas para correr un encierro, de tal modo que este ayuntamiento remarca que, entre otros requisitos, los corredores deben ser mayores de edad y deben tener en cuenta que «es imposible hacer todo el encierro, por ello, es necesario elegir el tramo que le resulte más adecuado para la carrera». De igual modo, «es imprescindible, por la propia seguridad, llevar el vestuario y calzado adecuados».

Pañuelo rojo y ropa blanca

Está claro que tales normas no son exportables a Combarro, donde los vecinos, tanto niños como mayores, según el vídeo difundido por redes sociales por el alcalde Ángel Moldes, fueron a divertirse. Eso sí, todos ellos ataviados con el «uniforme» de estos festejos, camiseta blanca, pañuelo rojo atado al cuello y periódico doblado en una de las manos.

FOTOGRAMA DEL VÍDEO DIFUNDIDO POR ÁNGEL MOLDES

Pero, ¿de dónde viene esta tradición? Se cree que el pañuelo simboliza la forma en la que murió San Fermín, degollado con un sable por orden del gobernador romano Sebastián , mientras que el uso de ropas blancas es una tradición más moderna, ya que dataría de 1931 cuando los integrantes de la peña La Veleta optaron por este «uniforme» buscando, por un lado, diferenciarse del resto y, por otro, llamar la atención.

En cuanto a lo del periódico doblado, no se sabe muy bien. Aunque la tradición más extendida alude a un corredor que saltó delante de los toros con un diario en las manos para no perderlo. Así, de hecho, lo recoge el periodista Francisco Apaolaza en su libro 7 de julio. En la actualidad, el periódico cumple un doble objetivo de seguridad. Así, es una extensión del brazo del corredor que le permite detectar la proximidad de un toro sin necesidad de girar la cabeza y, en esos casos, apurar el paso o apartarse de su recorrido. De igual modo, se emplea para llamar la atención de las reses en caso de que se despisten o se produzca una cogida.