Ángel Moldes, candidato del PP en Poio: «Buscamos dar respuestas
a demandas históricas»
POIO
«No puede ser que estemos pagando la basura más cara de toda Galicia y otro problema que tenemos es la deuda», sostiene el dirigente popular
16 may 2023 . Actualizado a las 14:17 h.Son unas elecciones que afrontamos con mucha ilusión y vamos a luchar y a trabajar para conseguir esa mayoría suficiente que nos permita gobernar el Concello de Poio». Con estas palabras, Ángel Moldes se postula a ser el primer alcalde bajo las siglas del Partido Popular después de casi tres décadas de gobierno nacionalista.
—¿Cuáles son los grandes pilares de su programa?
—Creo que la gran diferencia que puede haber con otras opciones y con otras formaciones que están en el gobierno es que ellos tuvieron veintiocho años para poder desarrollar todo lo que prometen. El BNG lleva veintiocho años gobernando Poio, veinte de socio con el Partido Socialista, dieciséis años el candidato del Partido Socialista como concejal y los únicos que nos podemos presentar con la capacidad y con la posibilidad de realizar algún tipo de promesa somos nosotros. Los demás partidos tuvieron su oportunidad, tiempo suficiente para poder desarrollar sus programas electorales. Buscamos dar respuestas a demandas históricas. Hay una demanda histórica para solucionar el problema del saneamiento y de agua. Lo más triste es que llevamos con un contrato del agua que lleva caducado más de seis años y con la última prórroga. No tiene sentido que, pudiendo pagar todas esas inversiones con ese nuevo contrato, nos encontremos en esta situación real con más de 1.500 vecinos sin servicios de agua, ni de saneamiento.
—En su programa, otro de los ejes es el ámbito deportivo, ¿no?.
—Sí, también hay demandas históricas en infraestructuras deportivas. Los vecinos de Poio llevan escuchando durante veinticinco años como mínimo que se va a construir una piscina. Es la gran promesa. Si alguien puede prometer eso con un margen de credibilidad somos nosotros. Apostamos claramente porque sea una infraestructura que esté en el entorno de A Seca y A Reiboa. Entendemos, y así nos lo transmitieron los clubes, que es bueno concentrar equipamientos deportivos. Llevamos un proyecto de un complejo deportivo municipal donde iría el gimnasio, que ya está, pero realizaríamos una remodelación, un mejor aprovechamiento y una renovación de todo el equipamiento, y la piscina municipal. No una piscina olímpica, sino algo acorde con las necesidades de Poio. El último estudio que hicimos reflejó que hay más de 470 vecinos que van a piscinas en Cambados, Portonovo, Pontemuíños, a piscinas privadas en Pontevedra... Y aquí tenemos una realidad, que es la de las mariscadoras que, sobre todo cuando se jubilan, los médicos les hacen la recomendación de hacer natación. Queremos dar respuesta a esa piscina real, humilde. Y, por otro lado, necesitamos un pabellón... Tenemos un equipo en Primera División que muchos eventos ni los pueda hacer porque no existe capacidad suficiente. Tenemos un equipo de gimnasia rítmica que por problemas de los aparatos de tocar en el techo no pueden hacer eventos de gran magnitud. Tenemos un equipo de kickboxing, el de balonmano cada vez está más creciendo más... A Seca es el punto cero de Poio. Está en el medio y medio si tomamos como referencia A Barca y Raxó, por lo que necesitamos, que nos lo demandan los padres, un parque en condiciones para los niños, acondicionar todo el entorno, unas pistas de pádel... Queremos convertir todo lo que es el entorno de a Seca en un espacio deportivo y saludable, pero también familiar.
—¿Y en el plano medioambiental?
—Precisamente, en A Seca tenemos la suerte tener una senda que va hasta Campelo y comunica con Lourido. Nuestra idea sería desarrollar otra senda que uniese con Combarro. También llevamos una propuesta que estos días parece que nos la quisieron copiar. Hace cuatro años ya presentamos una senda desde A Seca hasta el entorno de Rego do Mouro. Entendemos también que va a ser muy atractiva y que va a dinamizar todo lo que es la hostelería, casas rurales de toda la parroquia San Xoán. Son aproximadamente cuatro kilómetros y medio de senda, que va a contribuir a un atractivo para todo lo que es O Castrove y potenciar la parroquia San Xoán, junto a las Fervenzas do Pereiro y otras rutas que tenemos en la zona. Y, por otro lado, en San Salvador llevamos un proyecto de humanización desde el entorno de A Barca hasta la gasolinera de Repsol donde entendemos que las personas tienen que tener mayor protagonismo. Eliminar todas esas barreras arquitectónicas, que haya una accesibilidad universal, calmados de tráfico, pasos de peatones elevados y que consiga humanizar y comunicar con el entorno de A Barca y del propio Pontevedra.
—En el último mandato se mostraron muy críticos con distintas tasas municipales, ¿esto tiene su reflejo en su programa?
—En el capítulo de impuestos llevamos un compromiso durante muchos años, fueron varias las manifestaciones, de contención del IBI. Nosotros no queremos demagogia. Lo fácil sería vamos a bajar a lo mínimo. No. Nuestra idea es que aquello que en las últimas revisiones se incrementó a mayores, reducirlo. Pretendemos aminorar del 0.47 al 0.43, que fue ese incremento que tuvimos a mayores. De igual modo, hacer una revisión en una serie de impuestos, como los vados. No puede ser que estemos pagando la basura más cara de toda Galicia y otro problema que tenemos es la deuda. Somos el concello con la deuda más alta de toda la provincia, más de ocho millones. Queremos un mayor control en el gasto. No puede ser que, a día de hoy, siga habiendo informes de Intervención y Secretaría donde nos digan que se están haciendo muchas actuaciones donde no existe ningún tipo de control. Eso era una promesa que llevaba Silvia Díaz y Avante Poio, que si entraban en el gobierno iban a tener un mayor control sobre el gasto, y creo que nunca peor estuvo el concello. Hay un descontrol total porque, al final, son tres gobiernos distintos, tres alcaldes distintos a competir a ver quién vende el favor para conseguir ese voto.
—¿Cuáles considera que son los tres principales problemas de Poio?
—Primero tenemos que solucionar temas básicos, saneamiento y agua. Se quiere presumir que todo está solucionado, pero la realidad es que, a día de hoy, Raxó y Samieira vierten directamente al mar. A día de hoy, no hay ninguna actuación. Hay un proceso administrativo, pero la realidad es que vierten directamente al mar, con todo lo que conlleva. Luego está el tema de la deuda. Es algo que al final se convierte en un problema para poder crecer como concello. Por mucho que digan y justifiquen que estamos pagando la deuda. Muy bien, faltaría. El problema es que después nos compromete cuando queremos hacer algún tipo de infraestructura. Si llegamos a tener ocho millones de deuda y tuviésemos equipamientos, como un auditorio, un pabellón... Puedo decir, «bueno, se endeudaron pero hay una infraestructura». El problema es que no tenemos infraestructura y tenemos la mayor deuda de la provincia. Contener y reducir esa deuda es primordial para poder crecer. Y nos tenemos que ir a un Poio de futuro y de avance. Necesitamos un nuevo centro de salud, equipamiento deportivo, mejoras en turismo y yo creo que eso es primordial. Conseguir un concello con unas infraestructuras acordes a un ayuntamiento, por suerte, joven.
—En el caso de Poio, las elecciones del 28M están marcadas, en gran medida, por la ausencia como candidato de Luciano Sobral, ¿qué supone para el PP?
—Creo que si alguien piensa que el voto que tenía Luciano Sobral es un voto de izquierda y que va a ir a la izquierda, se equivoca. En las últimas elecciones, fuimos capaces de subir casi ochocientos votos, que eran votos prestados de gente de centro derecha que votaba a Luciano Sobral como persona, no como partido, y ahora no se presenta. Nuestra intención clara es a esas cuatrocientas o quinientas personas que quedaron aún en las últimas elecciones que siguieron prestándole ese voto a Sobral intentar recuperar ese voto y decirles que ahora no van a votar a Luciano Sobral, ahora van a votar al Bloque Nacionalista Galego. Tenemos claro que hay dos opciones, o volver a repetir tres alcaldes, que antes eran en tres partidos y ahora son en dos, o un único alcalde, un único partido y, lo que es más importante, un único presupuesto.