Fray Alises Romero: «A nadie le pilló por sorpresa, entre comillas, mi vocación a la vida religiosa»

POIO

A sus 33 años, fray Alises Romero acaba de ser ordenado sacerdote en Poio y el próximo 11 de febrero oficiará su primera misa en este municipio
08 feb 2023 . Actualizado a las 11:32 h.Asume que con su ordenación como sacerdote, «evidentemente» comienza una nueva etapa de su vida que, en el caso de fray Francisco Sebastián Alises Romero, «se presenta, en primer lugar, ilusionante y con ganas de llevar la palabra de Dios allí donde esté, ahora, en Poio, y, por otro, trabajar con la gente del lugar. Y luego estar al servicio de la diócesis y de la orden de la Merced para lo que vayan disponiendo», añade.
En unos días en los que la vocación sacerdotal parece haber decaído, a sus 33 años, el padre Alises Romero le gusta puntualizar que «no es que se esté perdiendo. Es cierto que no son unos momentos boyantes, solo hay que ver los números, pero la vocación sigue ahí, la vocación no se extingue, Dios sigue llamando, pero las circunstancias que nos rodean tampoco favorecen esa afirmación a la vocación».

En todo caso, es contundente al remarcar que nadie de su entorno le vio, como se suele decir, como un bicho raro por dar el paso: «He tenido suerte y la gracia de Dios de haber sido siempre muy comprendido. Es verdad que, a lo largo de mi vida, he estado muy implicado en la parroquia de mi pueblo —Manzanares, en Ciudad Real— en diversos ámbitos fuera del litúrgico, como el coro. De alguna manera, a nadie le pilló por sorpresa, entre comillas, mi vocación a la vida religiosa. Es cierto que hubo un momento de mi vida en el que estudié Enfermería antes de entrar en el convento. Había gente que ese esquema de persona trabajadora que va a llevar su vida como enfermero lo tenía metido en su cabeza, pero, una vez entré en el convento, fue cuando les cambié un poquito los planes».

Ordenado el pasado 28 de enero, veinticuatro horas después ofreció su primera misa en Manzanares y el próximo 11 de febrero se estrenará en Poio, a cuyo monasterio llegó en septiembre. Por el momento, no tiene ninguna parroquia asignada —«va para largo», apunta—, aunque, como miembro de la comunidad de Poio, «participo de la vida de la parroquia. Una cosa va con la otra», remarca sin perder la sonrisa.
«No vivimos aislados»
En este punto, no elude la pregunta de cómo es la vida en un monasterio en pleno siglo XXI. Así, tras precisar que en el caso concreto de Poio «se desenvuelve como en cualquier otro convento», resalta que «tiene sus horarios de rezos, sus horarios de labor, sea en el despacho parroquial, sea en la parroquia o sea en otros ámbitos del monasterio, que cada uno tiene su función, y después la vida comunitaria. No vivimos aislados, sino que comemos juntos, tenemos nuestros ratos juntos...».
De los meses que lleva residiendo en este municipio pontevedrés, Francisco Sebastián Alises no tiene más que palabras positivas: «Ha sido estupendo, no puedo decir otra cosa. La acogida ha sido fenomenal, con los brazos abiertos y con un cariño impresionante e ilusión. Ver una cara joven da un plus de esperanza. Esperemos que este plus por mi parte sea correspondido y satisfecho. Todos han sido gestos preciosos de acogida y de bienvenida», concluye esperando a que llegue el 11 de febrero en el que oficiará su primera eucaristía en la iglesia del monasterio de Poio.

Serán unos oficios religiosos especiales por una doble vertiente. Por un lado, por estar dirigidos por fray Alises Romero y, por otro, porque se entonará, de nuevo, la Salve Regina al comienzo del acto litúrgico por el grupo musical de La Merced, mientras que se cerrará con el himno de La Merced interpretado por Fernando Olbés Durán, Manuel Antonio Pintos, Luis Jesús Raposo Rodríguez, Juan Acacio Morales Hermo, Miguel Herrera y Manuel Couceiro, entre otros.