Poio, restricciones en un escenario de positivos disparados

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

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El municipio contabiliza 106 casos y Pontevedra, con casi cinco veces más población, no llega a los doscientos

16 ene 2021 . Actualizado a las 11:24 h.

Hay una vieja adivinanza muy extendida en Poio que se pregunta por cuál es el único puente que solo tiene «apoyo» por uno de sus lados. La respuesta es el de A Barca, ya que en uno de sus extremos se encuentra Pontevedra, mientras que en el otro está Poio. Este juego de palabras es una realidad desde la medianoche del jueves al viernes, toda vez que los vecinos de uno y otro municipio no pueden atravesar el puente debido a las nueves restricciones implementadas por la Xunta para tratar de frenar la expansión del virus.

Las cifras de Poio, que este viernes superó el centenar de contagios al sumar más de una veintena de positivos en un única jornada -para poner la gravedad de la situación en perspectiva, Pontevedra, con casi cinco veces más población, registró dieciséis nuevos positivos, situándose la cifra de afectados en 196- determinaron que sea una uno de los concellos situados en el nivel máximo de alerta. Esto implica que se hayan adoptado nuevas restricciones, entre las que se incluye la de establecer un cierre perimetral en todo el concello, que impide entrar o salir del término municipal, salvo por causas justificadas.

De igual modo, los negocios de hostelería han visto reducido el aforo de sus terrazas en un 50 %, mientras que el interior de los mismos deberán permanecer cerrados. El toque de queda se adelanta a las diez de la noche y todos los locales comerciales tendrán que echar el cierre media hora antes.

Lo cierto es que estas medidas pillaron con el pie cambiado a muchos vecinos de Poio, que se sorprendieron de su alcance. No obstante, la que mayores quebraderos de cabeza provoca es la imposibilidad de desplazarse a Pontevedra por motivos de ocio o para realizar compras: «Nosotros hacemos buena parte de nuestra vida social en Pontevedra y a saber cuándo podremos volver», se lamentaba una vecina de Andurique, aludiendo a que, a grandes rasgos, los desplazamientos autorizados a la ciudad del Lérez están relacionados con motivos laborales y sanitarios.

De este modo, la Policía Local estableció controles en los principales accesos por carretera, unos dispositivos en los que se realizó una labor primordialmente informativa con respecto a las nuevas restricciones, si bien se sancionó infracciones a las medidas ya implementadas con anterioridad. La intención es que ya hoy se sancionen todos los incumplimientos.

De igual modo, la hostelería recibió con indignación unas medidas que, según señalan desde el sector, vuelven a criminalizarles, a señalares de alguna manera como responsables de la crisis sanitaria. Las fuentes consultadas incidieron en que el cierre de espacios interiores y la limitación de aforos en terrazas es un nuevo golpe, «el enésimo, a nuestras economías», mientras que el hecho de que se permita solo los servicios de recogida en local y la entrega a domicilio solo «son parches».

Siete brotes familiares

Lo cierto, y atendiendo a los datos de las autoridades sanitarias autonómicas, es que en Poio se contabilizaban este viernes hasta siete brotes familiares, uno de ellos con una decena de casos.

Este cúmulo de circunstancias ha llevado al regidor municipal, el nacionalista Luciano Sobral, a reiterar a la gerencia del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés la necesidad de que se lleven a cabo cribados masivos entre la población «como xa se está a facer noutros concellos que tamén están na situación de máximas restricións». De este modo, el alcalde destacó que se podrían detectar posibles casos de personas asintomáticas. Es una medida que «debería aplicarse en canto sexa posible».

En todo caso, desde el gobierno local incidieron en que se va a seguir muy de cerca la evolución de la pandemia del coronavirus estando previsto «tomar posibles medidas complementarias ás xa aplicadas pola Xunta de Galicia».