21.000 viajes a Poio y Marín, pese al cierre

NIEVES D. AMIL / C. barral PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

Ramón Leiro

Las restricciones perimetrales permitirán la libre movilidad entre Pontevedra, Poio y Marín

31 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde las tres de la tarde de ayer Pontevedra, Poio y Marín están bajo un cierre perimetral que impide a sus vecinos desplazarse a otros municipios de la comarca, pero sí pueden hacerlo entre ellos. La decisión del comité clínico restringe la movilidad de los concellos con mayor incidencia para intentar controlar la propagación del virus, pero trata como «un ámbito territorial delimitado» el que comprenden estos tres ayuntamientos. Así que mientras otros municipios gallegos con cierre perimetral no podrán salir de sus límites, un marinense podrá ir a tomar una caña con cuatro convivientes a Pontevedra o viceversa. Más de 11.000 coches seguirán entrando diariamente por el puente de A Barca y otros diez mil lo harán por la avenida de Marín.

Los datos de aforamiento que maneja la Policía Local de Pontevedra cifran en más de once mil los vehículos que entran diariamente desde Poio por A Barca en días laborables y cinco mil en festivos. Este balance está tomado antes del cierre al tráfico de Reina Victoria. Pero esa no es la única entrada a Pontevedra que se ha escrutado en tiempos de pandemia. La avenida de Marín acerca a la capital una media de 10.000 coches provenientes de la comarca de O Morrazo. Hasta el martes solo podrán hacer esta ruta los vecinos de Marín, ya que el acceso de otros puntos como Caldas, Barro, Arcade o Vilaboa estarán blindados para intentar contener la pandemia. Y no es para menos. En las últimas 24 horas se registran 79 nuevos infectados, lo que suma un total de 899 casos activos.

Un nuevo récord negativo. De esos 899 casos, 58 pacientes necesitan atención hospitalaria. Son 51 en planta (46 en Montecelo, 2 en el privado Quirónsalud Miguel Domínguez y 3 en O Salnés, en Vilagarcía), y siete graves en la unidad de cuidados intensivos (uci) de Montecelo.

El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, ya advirtió el jueves de lo que podría ocurrir ante la mala evolución de la pandemia. Solo unas horas después, el comité clínico anunciaba el cierre perimetral y la limitación de las reuniones a un máximo de cinco personas convivientes, tanto en hostelería como en el ámbito privado. Marín, Pontevedra y Poio podrán moverse libremente entre sí, pero no podrán desplazarse a otros municipios salvo para ir al médico, a trabajar, a centros universitarios, colegios o escuelas infantiles, para regresar a su domicilio y atender a mayores dependientes, personas con una discapacidad o vulnerables. Entre estas excepciones, el DOG incluye trámites bancarios o de seguros, renovación de permisos y documentación oficial, exámenes o pruebas oficiales, causa mayor o cualquier situación de «análoga natureza, debidamente acreditada».

Temor entre los vecinos

Algunos vecinos de Poio temían ayer que las restricciones del comité clínico les impidiesen ir a Pontevedra a hacer la compra. Eso no pasará. Podrán seguir cruzando A Barca, al menos hasta el próximo martes. Carmen Suárez es una de estas vecinas. Su casa es el primer edificio de Poio, el número 1 de la avenida de A Barca. Ayer por la mañana se disponía a cruzar el puente con el carrito de la compra porque como ella dice: «Cuando salgo de casa nunca voy hacia Poio. A la compra, a misa y a pasear voy a Pontevedra», explica esta mujer, que tiene a su hijo viviendo en la zona de Santa María. En una situación similar está Vanesa Maquieira, que vive en A Caeira y su trabajo y la escuela de su hijo están en Pontevedra. «Cruzo A Barca cincuenta mil veces al día», apuntaba, mientras su compañera de caminata, Sheila López, estaba algo más preocupada: «Vivo en Pontevedra y voy a Poio a trabajar, pero cada dos semanas voy a ver a mis padres a A Estrada y tengo a mi novio en el País Vasco». Estos son algunos de los ejemplos de la convivencia que hay entre estas tres localidades limítrofes que desde hoy podrán seguir moviéndose a pesar de que se mantienen en un nivel de alerta rojo. Y es que en Pontevedra hay 337 casos activos, ocho más que ayer; en Marín se suman otros tantos y se sitúa ya en 65 y en Poio hay tres menos que el día anterior, pero superan el medio centenar (52).