La obra de seguridad vial renueva la imagen de la PO-308 en Poio

Marcos Gago Otero
marcos gago POIO / LA VOZ

POIO

Los trabajos de la reforma del tramo entre Covelo y Raxó avanzan a buen ritmo y transforman el aspecto de la carretera

18 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Aceras, farolas, plazas de párking ordenado en vez de la anarquía del sálvese quien pueda del arcén y rotondas y glorietas en los principales cruces resumen la filosofía de la reforma de la PO-308 entre Covelo y Raxó, en el municipio de Poio, que está ejecutando la Consellería de Infraestruturas. La Xunta ejecuta en este tramo dos iniciativas. Por un lado, un proyecto de senda peatonal y ciclista, y por el otro, un proyecto de mejora de la seguridad vial. Los trabajos están muy avanzados, de hecho, se espera que terminen a lo largo de este otoño. Aspiran, de esta forma, a dotar a este tramo de seguridad para los peatones, ciclistas y coches y, además, a aplicar un modelo de circulación, con especial incidencia en los cruces, que facilite el tránsito de esta vía por la que circulan todos los días una media de 11.000 coches y camiones, con los meses estivales como el momento de su mayor intensidad del tráfico. En total se está actuando en cerca de cuatro kilómetros.

Raxó es el punto donde se percibe más claramente la implicación de esta obra. Su ejecución supone, asimismo, una transformación del propio tejido urbano, con la construcción de dos colosales muros de granito, paralelos, que sirven de conexión de una calle de nueva apertura entre la propia PO-308 a la altura del cruce con Rabo do Porco y el entorno portuario. Es la intervención más complicada, desde el punto de vista técnico, y no pasa inadvertida a los conductores que circulan por el vial autonómico. Si se sigue un poco más adelante, en dirección al oeste y poco antes de llegar al límite municipal de Sanxenxo, se evidencia la segunda intervención más llamativa, desde el punto de vista visual. Se trata de la conexión que se ha realizado, a través de un desmonte importante, y que permitirá, con una semiglorieta, regular de forma segura el tráfico que transite entre Raxó y el Camiño da Costaneira.

Uno de los problemas que más ríos de tinta ha hecho correr entre Raxó y Covelo es la seguridad de los peatones, ante los atropellos, muchos de ellos graves e incluso mortales de los últimos años. Ahora se ha dotado a todo el margen que mira a la ría de una senda peatonal y ciclista y se están construyendo las aceras al margen derecho en sentido de Poio a Sanxenxo en lugares como Covelo. La idea es facilitar a los viandantes un itinerario con garantías de que no les va arrollar un vehículo. En Covelo, al igual que en Raxó, se están construyendo glorietas que permitirán regular la entrada y salida de coches desde y hacia el puerto.

Mientras los trabajos duran, se han tenido que realizar cortes más o menos prolongados de uno de los dos carriles y se recomienda a los conductores que sean más cuidadosos al circular hasta que todo esté rematado.