Furtivos reincidentes se organizan en Poio para establecer contravigilancias y evitar la presión policial

Alfredo López Penide
L. Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

POLICÍA LOCAL DE POIO

03 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

De poco parecen servir las sanciones administrativas a muchos de los furtivos que hacen su agosto en los bancos marisqueros de agosto. Si el pasado 18 de julio fueron dos vecinos de este municipio los interceptados y denunciados, este jueves volvieron a ser sorprendidos y, de nuevo, denunciados en vía administrativa. A ambas sanciones se suman otras, ya que los dos sospechosos «cuentan con múltiples antecedentes por este tipo de hechos», confirmaron desde la Policía Local.

Esta problemática se agrave si se tiene el hecho de que, según añaden desde el cuerpo municipal, los furtivos reincidentes se están organizando estableciendo contravigilancias para evitar a la policía y gardapescas y, de este modo, minimizar los riesgos de ser detectados. Esto no impidió, sin embargo, que el operativo de Policía Local y Guardapescas interceptase a los dos sospechosos en la playa de Lourido.

Los agentes se intervinieron de 31 kilos de almeja japónica que estaban escondidos en el monte, de los que 11,5 kilos no tenían el tamaño reglamentario. Asimismo, se les decomisó el turismo que utilizaban para desplazarse y huir, el cual circulaba sin seguro y sin haber pasado la ITV.

Ventas ilegales a restaurantes

Desde la Policía Local de Poio insistieron en que los furtivos esconden la mercancía en el monte para, de este modo, retirarla y distribuyendo poco a poco sin ningún tipo de garantía sanitaria. De este modo, en cuanto, tienen un cliente confirmado se desplazan hasta el lugar donde ocultan el marisco para, acto seguido, comercializarlo ilegalmente entre restaurantes.