«El premio es un orgullo porque votan los entrenadores de toda España»

jacobo rodríguez OURENSE / LA VOZ

POIO

Santi M. Amil

Gonzalo Iglesias destacó la labor de sus asistentes y de la plantilla del Ourense Envialia para mejorar objetivos

27 may 2019 . Actualizado a las 16:09 h.

Los premios de la Asociación Nacional de Entrenadores de Fútbol Sala ya se han convertido en todo un clásico de las temporadas del deporte del cuero pequeño, desde que se instauraron en el 2002. En la edición de este curso, no ha pasado desapercibida la gran campaña del Ourense Envialia en la Primera División femenina, lo que le valió el premio a mejor técnico del año a Gonzalo Iglesias Alonso Morenín, cuya plantilla se quedó a un paso de ser distinguida como equipo revelación, solo superada por el Ribera Navarra, de la competición masculina.

En todo caso, el galardonado no dudó en destacar que «es un premio para todo el cuerpo técnico y lo considero un orgullo porque lo votan los entrenadores de toda España». Un detalle que hace resaltar lo realizado en una estructura deportiva que está terminando la campaña, ya con el pasaporte para la Copa garantizado: «Nadie esperaba la temporada que estamos haciendo, pero todavía cosas por las que luchar».

En el caso concreto del propio Iglesias Alonso, cabe destacar además que su labor en los últimos años ha sido muy bien valorada por técnicos que saben lo que es trabajar en escenarios como el del pujante Poio, donde se alzó con la primera distinción individual, después de afianzarlo en la máxima categoría con una solvencia y rapidez sorprendente para el presupuesto y equipo de que disponían.

Después aceptó otro reto complicado, dando el salto al Toulouse, donde ascendió a la élite masculina, tras ganar todos los partidos de la primera vuelta, algo que no había sucedido antes a ese nivel. Ahora, recién ganado el tercero, otra vez en la cúspide de la pirámide del fútbol sala femenino, Gonzalo esgrime: «Los dos últimos son los que quizás más ilusión me han hecho».

Y todo coincidiendo con el retorno a tierras ourensanas, después de unos años en Francia: «Mi situación personal no me provoca ataduras a nivel de movilidad, pero es cierto que cuando estoy bien en un sitio y más si es en mi casa, es difícil que quiera buscar otra cosa. Estamos hablando y se cerrará la renovación por una o dos temporadas más, porque creo en los proyectos a largo plazo. Si en el futuro tengo que volver a irme, lo haré porque creo que enriquece salir de tu zona de confort».

De momento, el reto planteado en el Envialia aún tiene mucha miga e ilusiona a un entrenador acostumbrado a los desafíos: «Intentaremos que el próximo año sea mejor y seguir creciendo. Hicimos un proyecto con jugadoras jóvenes gallegas, incluso con algunas del filial entrenando con nosotras y, en algún caso, debutando en el primer equipo y ahora debemos mantener un bloque y mantener nuestra filosofía, la ilusión, el trabajo y la alegría que desarrollamos este año con este grupo».

Implicación

En el seno del Envialia, su responsable técnico ha encontrado muchas de las razones para crecer: «Creo que la clave es saber manejar y tener un buen grupo. Solo tengo palabras de agradecimiento para todas. Hemos tenido problemas, como en cualquier equipo, pero los solucionamos. El año que viene debemos mantener el discurso realista y refrendar lo que estamos haciendo».

Antes, falta afrontar el torneo eliminatorio en Burela: «En la Copa no se sabe que puede pasar. Lo primero es ver en qué posición llegas, porque el rival que te toque va a condicionar tu participación en ella. También la condición física en la que llegues y en eso estamos trabajando. Primero intentar quedar entre el tercero y sexto puesto, para enfrentarnos a rivales de nuestra liga y luego no renunciamos a nada y a ver a donde llegamos».