El furtivismo, una batalla constante

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

GUARDIA CIVIL

La unidad de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil de la Comandancia se ha incautado este año más de una tonelada de marisco de procedencia ilegal en la ría de Pontevedra

26 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Seprona no es, ni mucho menos, la única unidad de la Guardia Civil implicada en la lucha contra el furtivismo en Pontevedra. Así, son hasta cierto punto habituales los operativos en los que intervienen agentes del subsector de Tráfico -habitualmente estableciendo controles de carretera-, mientras que, de un tiempo a esta parte, la unidad de Seguridad Ciudadana se ha volcado en este tipo de intervenciones hasta el punto de haber incautado este año más de una tonelada de mariscos de procedencia ilícita.

Mayoritariamente, resaltó el teniente Roberto, se trata de almeja, ya sea de la variedad japónica o de la babosa, si bien también se decomisaron importantes partidas de centollas, vieiras… «Es almeja porque las intervenciones que más están proliferando se producen aquí, en la ría de Pontevedra, que es donde se cultiva este molusco», añadió al respecto.

Pero, ¿se ha agravado este problemática en la comarca? Desde el instituto armado asumen que, hoy por hoy, no pueden dar una respuesta afirmativa o negativa a esta pregunta, toda vez que no se disponen de datos objetivos para contestar en una dirección u otra. En todo caso, lo cierto es que, según remarcan, se están produciendo más actuaciones relacionadas con el furtivismo, algo que está directamente vinculado con el hecho de que «estamos volcando más esfuerzos. Al hacer más hincapié, nos encontramos con más infracciones».

A la hora de abordar un operativo, son tres los dispositivos que se pueden poner en marcha. Por un lado, aquellos que se llevan a cabo de forma coordinada con otros organismos o Administraciones en los que los agentes de Seguridad Ciudadana ponen en marcha protocolos de colaboración con, por ejemplo, el Servizo de Gardacostas de la Xunta y que normalmente se traducen en una serie de controles de carretera en las proximidades de puntos conflictivos y en los que pueden, incluso, tomar parte integrantes de otras unidades del instituto armado pontevedrés. Por otro, igualmente, la Guardia Civil mantiene protocolos de trabajo con las distintas cofradías de la ría, de tal modo que se llevan a cabo vigilancias concretas de algunos puntos del litoral en los que se constata una mayor conflictividad.

Mientras que estos dos operativos son fruto de estrategias definidas, el tercero es consecuencia de las alertas que puntualmente emiten los vigilantes de estos pósitos y que implican que la Guardia Civil desplace a las patrullas de que disponga en ese momento sobre el terreno.

Episodios violentos

Este año, y en este ámbito de actuación, se han producido intervenciones llamativas -caso del furtivo interceptado en Chancelas (Poio) que utilizaba una tabla de surf para esquilmar el banco marisqueo-, mientras que en otros episodios los sospechosos no han dudado en acudir a la violencia. Así, a finales de abril, tres furtivos embistieron con su coche a un vehículo patrulla del instituto armado en Lourido para intentar huir.

La realidad es que es un ámbito delictivo en el que abunda la reincidencia. En muchas ocasiones, la misma está directamente relacionada con una problemática de consumo de estupefacientes. Muchos drogodependientes encuentran en el furtivismo un medio para sufragar el consumo de este tipo de sustancias.

Desde la Guardia Civil de Pontevedra tienen claro que si este tipo de acciones se castigaran penalmente -en la actualidad, solo se consideran delito aquellas «actividades de marisqueo relevantes»- aumentando, consecuentemente, las sanciones y castigos se conseguiría una mayor eficacia a la hora de erradicar estas conductas.

Por otro lado, uno de los aspectos que más inquietan a los mariscadores es la, por así decirla, permisividad social. Así, denuncian que no es extraño ver en verano a turistas extrayendo ilícitamente marisco, mientras tienen el convencimiento de que un alto porcentaje de la mercancía del furtivismo termina en bares y restaurantes.

Insisten en el riesgo para la salud de estos productos

En plena época navideña, la Guardia Civil de Pontevedra es conscientes de que el consumo de mariscos y pescados se dispara, ya no solo en la comarca capitalina, sino en toda la provincia y, por extensión, Galicia y el resto del territorio nacional. De este modo, en el seno del instituto armado asumen la lógica preocupación del sector marisquero ante la, aparente, proliferación del furtivismo en el litoral pontevedrés.

Asimismo, desde este cuerpo de seguridad del Estado no dudaron en advertir de los riesgos que este tipo de productos obtenidos de manera ilícita pueden entrañar en materia de salud pública. A este respecto, incidieron en que, de igual modo que no se puede establecer una trazabilidad de estas mercancías, las mismas tampoco han superado todos los controles por los que tienen que pasar antes de recalar en el mercado los productos extraídos de manera lícita de los bancos marisqueros.

Es por ello que fuentes del instituto armado insistieron en apelar a una mayor responsabilidad, tanto de los hosteleros que se valen de estos productos a la hora de confeccionar sus menús o cartas, como de aquellos consumidores que los adquieren fuera de los cauces regulados. «Si no hay restaurantes que compren el marisco, si no hay personas que lo vayan a consumir aún sabiendo que no ha pasado por todos los controles alimentarios, no habría furtivismo», sostiene el teniente Roberto.

En relación con esta realidad, este mando de la unidad de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil de Pontevedra lamenta que, en ocasiones, los consumidores «no valoran suficientemente los riesgos para su salud y, mucho menos, los perjuicios económicos que están causando a las cofradías».