Sergio Vallejo y Adrián Sieiro, en el C-2 1.000, y Rubén Millán, en el K-4 1.000, se cuelgan el bronce en el Europeo

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

POIO

NINA JELENC

Teresa Portela (K-1 200), Cristian Toro con Saúl Craviotto (K-2 200) y el propio Sieiro (C-1 200) logran el pase a las finales de mañana en la tarde de la primera jornada con medallas en Belgrado. El manchego Francisco Cubelos y el vasco Íñigo Peña lograron el primero de los tres bronces españoles del día

09 jun 2018 . Actualizado a las 17:59 h.

Tres bronces en siete finales. La selección española de piragüismo no dejó pasar la primera de las dos jornadas con metales en juego para estrenarse en el medallero del Campeonato de Europa Absoluto de Esprint (Pista) en Belgrado. Con el castellano-manchego Francisco Cubelos y el vasco Íñigo Peña abriendo paso en la final del K-2 1.000 metros. Los canoístas del Club Piragüismo Poio Sergio Vallejo y Adrián Sieiro mantuvieron la estela después estrenando su palmarés en una gran cita internacional. El tomiñés Rubén Millán cerró la cuenta junto a sus compañeros del K-4 1.000 (barco no olímpico), Javier Hernanz, Aitor Gorrotxategi y Pelayo Roza.

Sergio Vallejo y Adrián Sieiro presentaron una estrategia valiente. Saliendo con mucha fuerza, lo que les permitió cruzar primeros al paso del 250. Terceros a media regata por detrás de Rumanía y Alemania, los palistas de Poio consiguieron mantener la plaza de honor hasta el final a pesar del empuje de los rusos Kirill Shamshurin e Ilya Pervukhin, a los que sacaron 426 milésimas de segundo en meta. El dúo gallego acabó a 2.373 de los campeones alemanes Yul Oeltze y Peter Kretschmer, con los rumanos Leonid Carp y Victor Mihalachi plata 440 milésimas por detrás de los teutones.

En el K-4 1.000 el bronce quizás supo algo menos dulce. No en vano, Rubén Millán y sus compañeros de barco avanzaron entre el segundo puesto, en los pasos por el 250 y 750, y la cabeza de la prueba en su ecuador, para acabar cediendo ante el mejor esprint del cuarteto eslovaco, subcampeón a 650 milésimas del K-4 bielorruso, que entró 860 milésimas de segundo antes en meta que el español.

Por lo que respecta a las otras cuatro finales del día con presencia española, el tomiñés Roi Rodríguez coqueteó con colgarse también el bronce, para finalizar cuarto en la prueba de K-1 1.000 a 1,230 segundos del podio. La grovense Natalia García fue junto a la catalana Laia Pelachs quinta en la regata por el título del K-2 1.000 femenino, peleándose también hasta el final con húngaras y rumanas por cerrar un podio con presencia final magiar. La madrileña María Corbera acabó sexta en la final del C-1 500 femenino, y el K-4 500 femenino séptimo en la suya.

En la jornada de tarde, la canguesa Teresa Portela abrió la participación hispana. Y lo hizo postulando una vez más su nombre a las medallas, al lograr el único pasaporte directo a la final de su serie con nada menos que 467 milésimas de segundo sobre la segunda, la eslovena Anja Osterman. Lo mismo hizo Adrián Sieiro, que tras su hito en el C-2 1.000 demostró fuerzas para ganarse el derecho a aspirar mañana al podio del C-1 200 imponiéndose en su serie. También en el 200, el viveirense Cristian Toro y el catalán Saúl Craviotto demostraron su condición de últimos campeones olímpicos del K-2 200, alcanzando la final con el segundo puesto de su serie y a tan solo 14 milésimas de segundo de la pareja rusa ganadora. Otro olímpico, Sete Benavides, emuló a Toro y Craviotto en el C-2 200 junto al también balear Antonio Segura, segundos de su serie y mañana en la salida de la final A.