La cofradía de Lourizán recalca que la depuradora es vital para el marisqueo

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

RAMON LEIRO

Pide que hable el Concello y reitera que la ampliación es necesaria, pero lejos de casas

01 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Sorpresa y malestar. Esta es la reacción que ha causado en al menos parte de la cofradía de Lourizán la nota contraria a la ampliación de la EDAR de Os Praceres y suscrita por nueve colectivos de la parroquia. La patrona mayor, María del Carmen Vázquez, recordó que esta infraestructura es vital para la actividad marisquera, pero que no cumple con su función en su condición actual, por lo que es imprescindible su modernización y mejora.

Vázquez resaltó que fue la cofradía, con ella como patrona mayor, la que ha llevado durante años la lucha por la supresión de vertidos a la ría por fallos del saneamiento. Un problema que no solo atañe al de Pontevedra, sino también a los demás concellos costeros porque un fallo en Marín o en Poio acaba también dañando a Os Praceres y otros puntos del litoral.

La patrona mayor manifestó, sin querer profundizar mucho, que fue este pósito quien, por primera vez, sentó a una misma mesa a dos consellerías -Medio Ambiente y Mar-, a todos los concellos y a tres cofradías para pactar un tratamiento global del saneamiento en la ría. Todo se hizo con luz y taquígrafos y durante todo este tiempo ningún otro colectivo de Lourizán realizó ninguna propuesta, ni sugerencia.

La patrona mayor teme que se ponga en riesgo la puesta a punto de la depuradora de Os Praceres y que se eternice el problema, por cuestiones ajenas a la actividad marisquera, perjudicando al futuro del sector, por lo que pidió que nadie actúe «con politiqueo», sino siguiendo criterios técnicos y operativos. «Yo defiendo mi trabajo», puntualizó Vázquez.

«Desde el minuto cero, desde que hace tres años en la cofradía tomamos la iniciativa para solucionar el problema de la depuradora, todo se ha hecho en público y en Lourizán nadie se pronunció al respecto, solo nosotros», precisó. Añadió que cuando los bateeiros sugirieron prolongar el emisario submarino para alejarlo de las bateas, los tres pósitos del fondo respaldaron su propuesta.

Ha sido la cofradía de Lourizán la que ha insistido desde el principio ante Augas y así lo hicieron público en su día desde este colectivo de que no consentirían, ni como mariscadores ni como vecinos, que se ampliase la depuradora hacia las casas, habiendo otros terrenos próximos más adecuados. La patrona mayor insistió en que es urgente la actuación en la depuradora, «que no funciona como debía». Matiza, eso sí, que tampoco respalda que Os Praceres reciba las aguas residuales de todo el mundo. «Poio sigue sin tener una depuradora después de no sé cuantos años», se quejó.

En opinión de Vázquez, la información pública a los vecinos sobre el desarrollo de las reuniones con Augas la debería realizar el Ayuntamiento, ya que el concejal de la zona, Demetrio Gómez, asiste a las citas con la Xunta y así se lo ha pedido.

Los bateeiros, los más afectados por fallos de saneamiento

Las graves carencias del sistema global de saneamiento en la ría de Pontevedra tuvieron a las mariscadoras de a pie de Lourizán durante 19 años con su banco más productivo a medio fuelle, porque la calificación de zona C a la mitad de este ámbito les impedía la comercialización de sus moluscos. Solucionado el problema el verano pasado, las cofradías respiraron aliviadas.

El calvario, sin embargo, lo tienen ahora los bateeiros de la mitad norte de la ría. La declaración como zona C permanente -durante años fue estacional- de dos de sus polígonos mejilloneros -cien bateas-, los ha dejado en una situación muy delicada. Solo se libran 14 bateas de esta consideración fatídica.

El problema está en que los análisis de las aguas de este ámbito ya no dan para más. El cierre es forzoso y todo indica que la reapertura no se producirá hasta que mejoren los parámetros ambientales. Para conseguirlo hay que actuar en dos frentes, según fuentes del sector bateeiro. Por un lado, hay que dotar de una depuradora a Raxó y Samieira, allí o donde sea, pero no se pude seguir echando aguas residuales al mar a caño libre. También es necesario actuar en la EDAR de Os Praceres. Sin estas dos medidas, que dependen de Xunta y concellos, el futuro pinta muy mal para la mitad de los bateeiros de la ría.

En las condiciones actuales, si remite la marea roja, solo se puede destinar el mejillón de estas cien bateas para fábrica. El problema está en que si el molusco no tiene carne, no se lo comprarán y el mejillón empieza a engordar más en septiembre. En Amecomra no ocultan su gran preocupación.