Los habitantes secretos del bosque de Colón

Alfredo López Penide
López Penide POIO / LA VOZ

POIO

JAIME BERNARDO BLANCO DIOS

Desde hace unos meses, el entorno que alberga la mayor concentración de secuoyas rojas de Europa es objeto de un estudio que ha catalogado, por el momento, 75 especies de setas

08 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Son conscientes de que no fue el mejor momento para iniciar el estudio. A fin de cuentas, el pasado otoño estuvo marcado por una climatología que no favoreció, ni mucho menos, la presencia de setas en la comarca. Pese a ello, la catalogación que desde hace meses se lleva haciendo en el bosque de Colón, la mayor concentración de secuoyas rojas de Europa, ha permitido sacar a la luz cerca de 75 especies diferentes.

A pesar de lo que pudiera parecer, se trata de una comunidad muy modesta. Así, al menos lo cree el impulsor de esta iniciativa, el pontevedrés Jaime Bernardo Blanco Dios, quien remarcó que se necesitan de «unos cuantos años» para cerrarlo. «Las condiciones meteorológicas son muy variables y hay años en los que la variedad que puede aparecer va a ser muy limitada, mientras que otros se animarán a salir más especies», precisó al respecto.

Otro factor que se tiene que tener en cuenta es el que determina las propias secuoyas. Y es que siendo un árbol que se caracteriza por su longevidad -puede vivir entre dos y tres mil años-, los ejemplares del monte Castrove, en Poio, apenas han cumplido veinticinco años. Así, el próximo fin de semana, el municipio rendirá un homenaje a los promotores e impulsores de su plantación a finales de 1992, coincidiendo con el quinto centenario del descubrimiento de América. «Con veinticinco años son jovencísimos y por eso hace falta tiempo para hacer un estudio serie y en condiciones», remarcó este experto micólogo.

Con respecto a los primeros pasos de este estudio, el pontevedrés insiste en que estuvieron muy condicionados por la climatología, circunstancia que produjo que empezaran a fructificar demasiado tarde. «Tenemos contabilizadas 75 especies, pero es algo muy preliminar», indicó, al tiempo que precisó que, hasta el momento, los ejemplares aislados son comunes en los montes de la comarca de Pontevedra.

En todo caso, precisó que sospechan que «vienen de las plantaciones del entorno de este bosque. Se van colando, por lo que aún no hemos localizado nada especial, pero insisto en que es aún muy temprano». De este modo, la seta que, a priori, parece ser la más habitual de este emblemático entorno es la Lepista nuda, también conocida como pie azul, pezón azul o pé azuado. «Es una seta comestible. Aunque, por el momento, las cantidades no fueron bastante importantes por el otoño que tuvimos».

Illas Atlánticas y Lourizán

Paralelamente a la labor que desarrollan en el bosque de Colón, Jaime Bernardo Blanco Dios está participando en la catalogación de otros puntos de la comarca de Pontevedra. Por un lado, en el Parque Nacional das Illas Atlánticas y, por otro, en la finca del Centro de Investigación de Lourizán, en el que lleva trabajando cerca de veinte años -dos décadas-, tiempo en el que ha conseguido sacar a la luz unas cuatrocientas especies.

Es una cifra, en todo caso, inferior a la que hasta ahora ha descubierto en el parque nacional, ya que solo en Cíes pueden rondar una cifra similar a la que se estima en Lourizán. «Llevamos con él desde el 2006. Va despacio, pero van apareciendo cosas», remarca, al tiempo que alude a que en este entorno ya se han encontrado setas nuevas para la ciencia.

El problema con el que se encuentran en este caso es que «el mejor momento en las islas es en invierno, con los temporales y sus resacas, lo que complica los desplazamientos... cuando el mar está más fastidiado».

Y si de revelaciones se trata, una revista internacional especializada en micología tiene previsto anunciar el descubrimiento de una nueva especie localizada y estudiada por este experto pontevedrés. Se trata de la Arrhenia sancibranensis, que toma su nombre del monte de San Cibrán, ubicado en la parroquia de Tomeza, en cuyas laderas fue hallada las pasadas Navidades parasitando musgos.