Pontevedra y Poio piden más espacio para peatones en el puente de A Barca

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

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La Xunta lamenta que hagan su propuesta con el proyecto de reforma ya licitado

14 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La proyectada reforma del puente de A Barca, que costará 1,2 millones de euros y se prevé ejecutar este mismo año, no contempla ampliar las aceras. Sí se mejorará la eficiencia de la cubierta para que los viandantes no estén tan expuestos a las inclemencias del tiempo, pero las aceras seguirán siendo estrechas: 1,70 metros, según el proyecto presentado ayer. Un ancho que no permite cruzarse a dos sillas de ruedas y que dificulta el paso si se encuentran dos peatones con el paraguas abierto.

El alcalde de Poio, Luciano Sobral (BNG), y el concejal pontevedrés César Mosquera (BNG) aprovecharon el acto de presentación del proyecto para expresar su malestar con esta circunstancia, que creen que podría haberse solventado si la Xunta hubiera remitido a los dos Concellos afectados el proyecto antes de su licitación. En el documento presentado ayer se detalla que cada uno de los carriles que se reservan para el tráfico en el puente tiene cuatro metros de ancho. Mosquera señaló que se trata de un ancho superior al de una autopista (3,70 metros es la recomendación), por lo que estima que hay margen para ganar espacio peatonal a ambos lados aun manteniendo el doble sentido del tráfico.

La conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez (PP), dejó claro su malestar con las intervenciones de los representantes municipales. «Puideron ter feito suxestións durante a elaboración do proxecto, porque sabían que se estaba traballando nel», apuntó. Derivó la valoración de la propuesta en el ingeniero que había sido convocado para hablar de la actuación que se llevará a cabo en el puente -sustitución de la marquesina, reparación de la estructura, pintado e iluminación-. Este señaló en un primer momento que la marquesina sería «fácil de ampliar» si se optara por dar más espacio para los peatones, pero luego mostró dudas sobre reducir el ancho de los carriles de circulación debido a que podría haber riesgo para la seguridad de los peatones.

«Non nos pechamos a melloras»

Fue el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, el que intervino para poner paz entre Sobral-Mosquera y Vázquez. «Non nos pechamos a melloras no proxecto -apuntó- pero o primeiro é a seguridade dos peóns» por lo que habría que estudiar «con calma» la propuesta.

Sobre la posibilidad de que algún día se suprima un carril de circulación y el puente quede de sentido único, tendría que venir precedido de un acuerdo entre ambos Concellos. Entonces la Xunta cedería la titularidad del viaducto. «Ata onde eu sei, ese acordo entre os concellos aínda non existe», concluyó Rueda.