«No hay que apartar a los mayores»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

CEDIDA

La residencia Soremay se abre a la colaboración de colegios y asociaciones para potenciar las visitas de niños y jóvenes a los usuarios y las salidas al exterior

08 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Queremos potenciar las relaciones intergeneracionales. Los mayores no son para apartarlos de la sociedad, sino para aprender de ellos». La reflexión es de María Carballa, educadora social de la residencia urbana de mayores Soremay de Pontevedra. El centro ubicado en la calle Pedro Sarmiento de Gamboa acaba de estrenar unos encuentros intergeneracionales. La actividad forma parte de una programación más amplia con la que quieren fomentar las salidas al exterior de sus usuarios y las visitas a la residencia, sobre todo, de gente joven.

En el centro pasan muchas horas más de cincuenta usuarios con distintos grados de deterioro cognitivo y no es muy común que los nietos vengan a visitarlos. «Todos los mayores pasan por un proceso de envejecimiento, pero el deterioro cognitivo se puede paliar y este tipo de encuentros son beneficios para ambos, mayores y pequeños», apunta María Carballa.

El primer encuentro intergeneracional tuvo lugar el pasado 2 de febrero. Participaron 24 niños de 5 años del CEIP Chancelas, de Poio, y unos cincuenta mayores de la residencia. Incluyó un taller de psicomotricidad para fomentar el movimiento, juegos tradicionales (anillas y bolos) y un taller de pintura para incidir en la llamada psicomotricidad fina. El broche final a la jornada lo puso una merienda a base de chocolate y bizcocho.

La educadora social se queda con una imagen. La de las caras de sorpresa de los mayores cuando accedieron a la sala de fisioterapia y se encontraron a los 24 pequeños. «Sus caras lo decían todo, pensaban que iban a hacer una actividad normal. La verdad es que fue muy interesante y agradecemos la buena disposición de la dirección del colegio de Chancelas», relata María Carballa.

Soremay apuesta por las relaciones intergeneraciones, donde pequeños y grandes aprendan mutuamente a través del juego y la expresión plástica, «trabajando cosas tan esenciales para el desarrollo de los niños y paliando el deterioro cognitivo y físico de los mayores como son la psicomotricidad fina y gruesa». Mañana viernes está prevista una salida de los usuarios de la residencia a la Casiña de Teo, en el Campo do Boi. En esta ocasión y coincidiendo con el carnaval compartirán un taller sobre máscaras venecianas.

Soremay está abierta a la colaboración de centros educativos, conservatorios, asociaciones o grupos de teatro para impulsar nuevas actividades dentro o fuera de la residencia.