Condenados por una oleada de robos en coches en el paseo de Combarro

Alfredo López Penide
López Penide POIO / LA VOZ

POIO

RAMON LEIRO

Los sospechosos emplearon un destornillador para violentar las cerraduras

10 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El mes de junio del 2016 empezó en Combarro, en el municipio de Poio, registrando una oleada de robos en vehículos que estaban estacionados en el aparcamiento del paseo marítimo. De hecho, solo en la tarde del 3 de junio, se contabilizaron cuatro automóviles desvalijados con el mismo modus operandi.

Por estos hechos, la Guardia Civil detuvo a dos coruñeses de 29 años, en cuyo vehículo hallaron «o desaparafusador empregado polos acusados para violentar as pechaduras» de alguna de las puertas de los coches asaltados. Asimismo, localizaron «outros dous de características similares na lobeira do vehículo».

Ambos acusados acaban de aceptar una condena de seis meses de prisión por un delito continuado de robo con fuerza en grado de tentativa concurriendo la atenuante de drogadicción. En el supuesto de Fernando C. L. se accedió a la suspensión de la ejecución de esta pena a condición de que no delinca en un período de dos años, circunstancia que no se recoge en el caso de Juan F. N. H., ya que se le aprecia, a mayores, una agravante de reincidencia.

Asimismo, accedieron a reintegrar a los propietarios de tres de los cuatro coches desvalijados el coste de la reparación de los desperfectos ocasionados.

Inicialmente, el fiscal solicitaba más de dos años de cárcel para cada uno de los encausados. Si bien, posteriormente, accedió a rebajar las penas al entender que los robos imputados no se llegaron a consumar por la intervención de la Guardia Civil, así como asumió que eran consumidores de sustancias estupefacientes.

Según refiere la sentencia, las andanzas de estos dos coruñeses comenzaron con un Peugeot 206, de cuyo interior se hicieron con unas gafas de sol de una conocida marca comercial, para, acto seguido, violentar una de las puertas delanteras de un Peugeot 405. No obstante, en este segundo caso, no encontraron objeto alguno en su interior.

Quizás frustrados por el pobre botín obtenido, los ahora condenados se fijaron en un Dacia Sandero, donde, de nuevo, tampoco encontraron nada que sustraer. Ya por último, se fijaron en un Citroën Saxo, una de cuyas cerraduras forzaron para «acceder ao seu interior coa intención de facer seus cantos obxectos de valor atoparan». Sin embargo, «tampouco neste caso fixeron seus obxecto algún».