El monte suma un vigilante en el cielo

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

cedida

Conocido por su labor como guarda forestal y como hostelero, falleció de forma repentina mientras trabajaba en Cotobade

30 oct 2017 . Actualizado a las 05:05 h.

La foto que desde hace tiempo preside el Facebook de Javier Viéitez, un guarda forestal de la Xunta y otrora hostelero natural de Poio, fallecido anteayer, le definía perfectamente. En ella aparece una mujer, enlutada de pies a cabeza, llorando en medio de uno de los devastadores incendios del 2006. Es la viva imagen de la desolación que causan los fuegos y también el retrato de esa Galicia que se hace mayor. Quienes conocían a Javier dicen que ahí estaban dos de las claves de su vida; el amor que tenía por su tierra, por el verde gallego, que retrataba en fotografías llenas de sentimiento, y el dolor que le atenazaba cada vez que el fuego dejaba una cicatriz negra en el monte. Era un enamorado de la naturaleza. No ya por su trabajo, que también, sino como condición vital. Ayer, desafortunadamente, en su Facebook no solo lloraba la mujer de la foto. En él fueron apareciendo numerosos mensajes de dolor y tristeza por la muerte de Javier. Nadie esperaba que se fuese así, de repente, y a una edad tan temprana, ya que tenía solo 54 años.

Javier debió de marcharse a trabajar el sábado como cualquier otro día, con su vitalidad y con ese amor que sentía por el monte, al que apodaba «mi jardín». Pero la jornada acabó de la peor de las maneras. Estaba en Cotobade, al pie del cañón, y nadie lograba contactar con él a través de la emisora. Sus compañeros le geolocalizaron. Había fallecido en el interior de su vehículo, presumiblemente, por causas naturales. A partir de ahí, empezaron a sucederse los mensajes de pesar. Uno de los primeros en lamentar públicamente su muerte fue el alcalde de Cotobade, Jorge Cubela, que destacó que Viéitez siempre era primero en llegar a los incendios en el término.

 

De la pasión con la que vivía su oficio da cuenta su página de Facebook, repleta de alusiones a los incendios. De hecho, había escrito unas sentidas palabras de agradecimiento a sus compañeros tras el domingo negro que vivió Galicia recientemente: «Quero agradecer a todos os membros de extinción que estiveron comigo no lume de Armenteira, sin distinción de se eran de concellos, Seaga ou proteccións civís, portáronse coma leóns e conseguimos saír do inferno sans e salvos un pracer traballar con todo vós», puso tras la noche terrorífica que había vivido en Meis.

El Universo y A Trigueira

Pero Viéitez no solo era conocido en el rural. También era un rostro familiar en Pontevedra a cuenta de los negocios de hostelería en los que trabajó. Estuvo al lado de Rafa Trigo en el mítico pub Universo. Y luego, con su mujer, María, tuvo una tapería en la plaza de A Leña llamada A Trigueira. Ayer no faltaba también quien le recordase también en esos locales, con su alegría natural y su retranca, esa que le llevaba a autodenominarse «ghuardaforestal».

Su cuerpo fue llevado ayer al tanatorio de San Mauro, donde numerosos amigos y familiares acudieron a arropar a su familia. Su mujer, su compañera de vida, María, seguía sin dar crédito a lo ocurrido. Hoy será enterrado en San Xoán de Poio, donde se celebrará un funeral a las a las 17.00 horas. Entonces, tocará pensar que está ahí, cuidando desde alguna parte su «jardín», velando por la Galicia verde que amaba.