Los comuneros y la asociación cultural de Campañó organizaron una simbólica caminata
03 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.En Galicia, en la tierra del minifundio, hablar de marcos y lindes es casi sagrado. Que se lo pregunten a quienes llevan años pendientes de la línea que separa Pontevedra y Poio. Precisamente, ayer, algunos vecinos interesados en conocer por donde pasa esa famosa frontera entre ambos concellos que marcó el Instituto Geográfico Nacional -y que todavía no es definitiva, porque está en período de alegaciones- se anotaron a una caminata especial organizada mano a mano por los comuneros y la asociación cultural de Campañó. José María Domínguez, presidente de la comunidad de montes y secretario del colectivo cultural, explicaba cuál era el objetivo de la marcha: «Sen afán reivindicativo ningún, con moita alegría e tomándonos con humor todo isto dos lindes recorremos a liña que marca o instituto xeográfico para darlle a coñecer aos veciños o deslinde, iso si explicando que aínda non é definitivo».
La marcha partió desde el monte Castrove y discurrió por alrededor de trece kilómetros. La idea era seguir al 100 % la línea que marca el Instituto Geográfico Nacional, pero había tramos donde esa opción no era posible, así que se hizo algún rodeo. El destino final era la famosa A Pedra Pinela, por cuya ubicación hubo varias polémicas. Cabe recordar que, tras la última propuesta de deslinde, se presentaron alegaciones desde distintos ámbitos, como por ejemplo por parte de los comuneros de Campañó.
Al final, la mañana terminó como rematan casi todas las cosas importantes en Galicia: alrededor de una mesa. Hubo una comida de confraternidad de los vecinos de Campañó en la casa cultural. Al senderismo a pie de monte, al igual que más de una veintena de vecinos de Campañó, Pontevedra o Poio se sumó el edil Demetrio Gómez.